
En la novela se plantea la realidad española desde dese una visión futbolera: la Selección Nacional de España -la Furia roja- ha logrado pasar una etapa tras otra en las elimnatorias y ha logrado colarse prácticamente a la final de la Europa. Todo un logro nacional, junto con el desarrollo económico, democrático y social, una aventura igual de difíl pero que se aspira a llegar.
Mientras el pueblo español festeja las victorias de un puñado de connacionales que demuestra su patriotismo en cada partido, se da un asesinato y la misteriosa muerte de diversas personas, en ellas la hija de un prominente político.
La búsqueda del asesino se va combinando con las eliminitarios, y de la misma forma, nuevos personajes van entrando a la cancha.
Así, la novela hace un giro en su contenido, para enfrentarnos a un texto total: es la historia ficticia de un Madrid lleno de fuentes y de lagos, que en franca analogía nos invita a navegarla poco a poco. Pero en este trayecto, nos enfrentaremos al régimen franquista y sus archienemigos los anarquistas, serenos testigos de la transición a la democracia monárquica y a la búsqueda de un nuevo estado, e incluso, a la recuperación de una ciudadanía compartida que si lo político no ha conseguido, tal vez lo hará el soccer.
En paralelo, conocemos la vida de los Gamazo: una abuela que considera Franco y su forma de actuar son lo único válido, un hombre -Perico para sus amigos e inversionistas- dispuesto a sacrificar a su propio hijo con tal de hacer negocios, una esposa que prácticamente no figura y una niña, quien perderá su virginidad a los 13 años en manos de su mejor amigo, y posteriormente, el encargado de ir a reconocer su cuerpo más de 20 años después, cerca de la final de la Eurocopa, después de haber sido envenenada con una hostia.
Y es que en esta España de ficción se venden hostias en un dispensador automático y el feligrés marca a un 01 900 para tener confesión y absolución inmediata; junto a ella, la realidad de los grupos subersivos dispuestos al terrorismo, la ineficiencia de los aparatos burocráticos de investigación, y el poder que otorga los grandes contratos entre estado e inversionistas privados.
Todo está perdonado, incluye diálogos y descripciones, un lenguaje a veces elegante, a veces popular, postales comunes de Madrid, intertextos de diarios y revistas que retratan la vida nacional, y un férreo retrato de la sociedad española: reflexiones abundantes de religión y sociedad, familian antifuncionales, travestismo, amor incondicional, e incluso, un dios que es capaz de enviar un helicóptero para eliminar a una abuela demente.
Una narrativa fraccionada y atemporal buscan retratar el ascenso de los empresarios, la dureza de los criados que pueden llevar al terrorismo, el comunismo y los supuestos males que promueve, e incluso la bisexualidad y la entrega total por amor.
Un texto denso que entre la ficción y la realidad nos obligan a vivir la tensión en la cancha verde, y a la vez conocer y perdonar, sobre todo, a perdonar todo.
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