Inmaculada tentación y otras fábulas crónicas (2015) es lo
más reciente publicado por el zacatecano Gonzalo Lizardo, autor con una
particular voz crítica, recreativa, precisa.

Los temas parecieran comunes: el amor, la adolescencia, la
viejez, la soledad, la historia, la entrega… pero se convierte en una amalgama
de sensaciones y situaciones que van desde la época de la Colonia hasta el
futuro tecnológico.
Destacan a mi gusto:
Video Alzheimer, ejemplo de la maestría del autor para crear
una historia en pocas palabras, plagado de cultura pop, de sapiencia, y un
enorme conocimiento de cine y literatura.
Doña Ludivina y los mil gatos, una original historia de
aventura adolescente y mascotas mecánicas.
La pasión de Barrabás, que plantea un interesante “twist” a
este personaje bíblico.
Sangre y laberinto, un texto casi experimental en forma de
cuento y en forma de diálogo teatral, aquí las pasiones se combinan con las
acotaciones, y el hombre y la mujer se enfrentan sin piedad a su naturaleza.
Novela negra con mujer azul, una excelente historia de amor,
suspenso y film noir, que va desmenuzando la historia.
Inmaculada tentación, el viaje a una celda religiosa en
medio de la Colonia, frente a una moderna historia de deseo y tentación. “…platica
que su marido anda de viaje y me pregunta si no quiero acompañarla a su casa,
para seguir hablando de Gabriel de Ovale y su coscolina mujer, del diablo y el
pecado, de la culpa y la redención, e Eva y María y la serpiente, mientras
bebemos un vino tinto y devoramos la manzana que desde el origen del tiempo
cultivé para ella. Sí. Y también para su esposo.” (111)
En sus páginas encontramos diversos narradores:
omniscientes, testigos, personajes. También descripciones abundantes y diálogo
precisos, y en sí, una voz que busca gritar su pensamiento: “No estaría nada
mal. Somos como un laxante. Estamos aquí para expulsar la mierda del mundo,
para romper corazones y patear las bolas de todos los boludos y boladas que se
nos atraviesen.” (120)
Con todo ello, las fábulas aquí presentadas permiten
degustar una literatura variada, que nos obliga a mirar la historia y a
nosotros mismos. Muy recomendable.