lunes, 22 de agosto de 2022

Quién como Dios: el pasado del México entre Juárez, el Imperio y Díaz

A manera de novela costumbrista, Quién como Dios (TusQuets, 2017, colección Andanzas) de Eladia González, explora el México alrededor de San Miguel de Allende, y la transición del Imperio de Maximiliano, la república de Juárez y el incipiente gobierno de Díaz.

Desde ojos de una familia tradicional –católica, de buena estirpe y consciente de la sociedad- los personajes femeninos se enfrentan, precisamente, al machismo, al qué dirán, a los designios del Señor.

Revisamos las costumbres del matrimonio, el pasear en la plaza después de misa, las comidas familiares y los ritos íntimos, las labores del renco y del hogar… todo en medio de un incipiente matrimonio que vivirá entre épocas cristianas y tradicionales, el amor y el deber, lo correcto y el resguardo del deseo… pero también el miedo, la dominación, los papeles claros y definidos de quién en casa, quién manda, quién administra el dinero…

Conocemos también canciones, rezos y fiestas -muchas de ellas religiosas- que dan forma a los rincones de la provincia, incluso, que explican muchos comportamientos de nuestra época.

Personajes a veces multidimensionales y otra estereotipos, postales idílicas del paisaje mexicano, lenguaje casi arrancado del actuar cotidiano, todo contribuye a una singular novela, para conocer personajes femeninos destacados y una parte del México que se niega a morir.

Su lenguaje retrata la época, sus detalles el fervor religioso y su descripción el San Miguel de Allende que continúa enclavado en Guanajuato.

Una novela para conocer nuestro país y una gran narración sobre nuestro pasado que permanece vigente en el presente.

lunes, 8 de agosto de 2022

The glass castle: la memoria hecha texto

La recuperación de la memoria de una fuente literaria común, y en algunas ocasiones, pareciera superar a la ficción, pero nutrida por una inmensa realidad.

Revisión a lo largo de un grupo de hermanos y sus papás, el texto autobiográfico de Jeannette walls, The glass castle (Scribner, 2006) nos plantea una de esas familias peculiares en Estados Unidos: entre su libertad y uir del sistema, viven en un mundo de conocimiento y simpleza, pero que puede llevar a un extremo.

Narrada en primera persona, la inocencia infantil nos introduce en el sueño de una niña, cómo sus papás viven con lo mínimo, felices, en la búsqueda de construir un castillo de vidrio en el sitio ideal. A ella le gusta pintar, él es un inventar-emprendedor, los hijos educados en casa… en una casa donde físicamente hay más escasez que abundancia. 

A lo largo de la recuperación de la memoria, surgen los detalles de hambre, soledad, miseria, ropas reusadas continuamente, conocer la realidad de la familia: malas inversiones, trabajos temporales, alcoholismo, y un pasado de riqueza que niega todo sentir familiar. La escuela existe, pero también la limitación en comprar útiles, o simplemente en tener lo mismo que otros. 

Eventualmente, plantea el texto, los niños crecen y se dan cuenta de aquello que los rodea. Su imaginación es terreno fértil para crecer y evolucionar, pero con las carencias básicas que invitan a reflexionar los extremos de la aventura y encontra del matetialismo, buscan tener un trabajo, vender objetivos, vencer la desventura y la enfermedad entre ellos mismos, sus padres difícilmente lo ven como un problema. 

A ritmo lento pero lleno de descripciones de los espacios -como aquella caja que sirve de cama o la búsqueda de comida en lugares insólitos- los personajes de este textos nos dimensionan los sueños y el esfuerzo por salir adelante, incluso sacrificando lo propio para la oportunidad de otro.

Una narración que invita reflexionar, crecer y ante la adversidad, reflexionar y perdonar incluso, mientras se mantiene esa construcción del castillo de vidrio.