Conocida más por su apodo La China Mendoza, María Luisa Mendoza fue una periodista, política y escritora mexicana con un trabajo literario de 60 años que abarcó novelas, cuentos, biografías, guiones cinematográficos y reportajes. Poco editada en la actualidad, es una de las grandes escritoras que debería leerse en forma más amplia, tanto por su contenido como su propuesta narrativa.
Fuimos es mucha gente (Alfaguara, 1999) es una novela que explora la nostalgia, el erotismo y la melancolía a través de la mirada de una narradora que rememora su juventud.
La protagonista revive con intensidad y detalle sus experiencias adolescentes, sumergiéndose en recuerdos nítidos y vibrantes que la conectan con su pasado.
Como parte de su obra, esta novela se caracteriza por una prosa poética que evoca la efervescencia de la juventud y la complejidad de las emociones humanas.
A lo largo del texto, la narradora reflexiona sobre la fugacidad del tiempo y la importancia de vivir plenamente, abrazando los momentos de pasión y deseo como una forma de acercarse a la eternidad.
La autora utiliza el erotismo no solo como un tema central, sino también como un medio para explorar la identidad y la conexión humana, convirtiéndose en una elegía de los sentidos, donde el amor a la existencia y el desenfado de la escritura cobran vida.
Una cita representativa es: "La duración del acto amoroso se descubre como la única posibilidad de acercarse a la eternidad". Esta frase encapsula la esencia de la obra, destacando la importancia de vivir el presente con intensidad y de encontrar en los momentos efímeros una conexión con lo eterno.
Fuimos es mucha gente es una reflexión sobre la juventud, el deseo y la memoria, escrita con una prosa que invita a la introspección y al disfrute de los sentidos.