lunes, 6 de noviembre de 2023

Una visión del matrimonio, de la mujer, de lo común: Qué hacer con estos pedazos

Piedad Bonnett nos ofrece en Qué hacer con estos pedazos (Alfaguara, 2023) la visión de Emilia, una mujer “común” que siempre ha obedecido a su marido, a sus hijos, a su contexto, y de pronto, la remodelación de la cocina detona un ambiente asfixiante, que poco a poco revela los límites de lo humano. “La atmósfera se va cargando de olores muertos donde en otras épocas ya había a esas horas aire fresco.” (64)

El retrato de un matrimonio perfecto es, en realidad, una especie de prisión para sus miembros. Las personalidades parecieran guardarse, pero salen a la luz poco a poco. La meta social de ser felices es, a fin de cuentas, la esencia de cualquier matrimonio ¿o no? “Y en la persistencia estoica de los dos en un destino en el que la costumbre de los días sin sobresaltos había reemplazado pronto la idea de felicidad.” (39)

Alguien debe ceder, parece decir el texto y en cierta medida “debe” ser la mujer quien lo haga. “La rivalidad, la envidia y el odio a menudo crean vínculos más fuertes que el amor.” (34) Lo importante, dicta la sociedad, es seguir adelante, callar y luchar por un equilibrio y esa felicidad íntima y pública, no importa el costo. Aunque lo propio quede oculto en un cajón. “¿Cómo será vivir, se pregunta, cuando ya uno no espera nada de sí mismo?” (59)

Esa lucha de las voluntades implica que uno gane y otro pierda; aunque lo segundo más constante que lo primero. “Tan desperdiciados sus talentos, tan supeditada a ese marido voluntarioso, que se impacientaba con sus preguntas, que echaba raíces en su viejo sillón mirando la tele, jugando solitario, dormitando, mientras ella se disolvía en las nieblas de la desmemoria.” (38)

Esta novela íntima, a ritmo lento, plantea esos personajes humanos arrancados de la realidad, tan contemporáneos como la propia crisis del matrimonio que parece vivir en todas las sociedades. “Sólo el tiempo es capaz de señalar la rotundidad del fracaso.” (80)

Un excelente texto para conocer una mirada femenina de “lo común”, y a la vez preguntarnos si somos una unidad o somos pedazos que se unen de aparente felicidad, amor, cariño, respeto. La decisión, parecería, es de cada quién.

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