Lo que en apariencia es un texto "de tristeza" se convierte en una verdadera exploración del sentir humano, la vitalidad frente al vacío de la existencia, la solidaridad y la entrega, las ilusiones y el tedio de la rutina, el simple paso de las horas que nos envuelve y nos retrae.

Cual vasos comunicantes, la historia de las tres mujeres nunca se cruza "físicamente", pero coinciden en el texto de Woolf: la primera intenta suicidarse y nace así la novela referida; la segunda lee el libro y entra en una profunda crisis existencial al conocer su segundo embarazo y el vacío que presenta su "vida perfecta"; mientras la tercera tiene como apodo el nombre de la protagonista de Woolf.
Así, a paso lento, cada capítulo es una de las historias comentadas, y poco a poco se construye esa sintofía armónica, donde la soledad y la desesperanza parecen dominar. Y es que ninguna puede detener el paso del tiempo, de las horas que nos envuelven y parecen consumir nuestra existencia.
Se realizó una versión fílmica en el 2002, a cargo de Stephen Daldry, con un

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