Laura Restrepo, colombiana, ya era famosa en su país cuando
su novela Delirio ganó el Premio Alfaguara 2004. De ahí nos ha llegado a México
prácticamente toda su obra, donde estacan La novia oscura, La multitud errante
y Hot Sur, su entrega más reciente.
La obra que hoy comento es un ejemplo de investigación
periodística, intextextos, diálogos precisos, descripciones sumarias, historia
ágil y sencilla de leer: La isla de la pasión (2005).
Esta novela nos plantea la historia casi inverosímil del Coronel
Ramón Arnaud y su esposa Alicia. Ramón es un militar en la época porfiriana,
que después de una baja deshonrosa decide volver al ejército y cumplir
adecuadamente con su cometido. Su oportunidad se presenta al ser nombrado
gobernador de Isla Clipperton, antes llamada Isla de la Pasión, descubierta por
Magallenes en uno de sus viajes, y olvidada por el mundo civilizado. Hasta que
Francia la reclama a México y comienza un arbitraje estratégico.
De ahí Ramón y Alicia van con un pequeño destacamento de
soldados y adelitas, conviviendo con un alemán (gringo loco como le sueñen
llamar) y su puñado de trabajadores que explotan el guano acumulado por
centurias en la isla.
Todos tratan de llevar una vida civilizada, mientras los
barcos tardan más de 3 meses en llegar, los alimentos escasean, los huracanes
atacan y la locura de avecina con el escorbuto y el delirio.
En esta ágil novela, Restrepo recrea la época porfiriana con
sus costumbres y sus lujos, plantea la revolución de Madero y la traición de Huerta,
mientras los personajes de debaten entre el deber patriota y el deber moral.
Además, la autora va dando saltos temporales: lo que pasa en
la isla, la voz de un narrador-testigo que investiga a los sobrevivientes o sus
parientes, los extractos de periódicos y reportes que pareciera no haber sido
por nadie previamente, y va dando voz a los hombres y las mujeres que estás
dispuestos a todos por luchar por su patria y, en especial, por sobrevivir.
Esa locura que aparentemente llevó a su descubridor a
olvidarla, a los piratas a usarla de guarida, a los mexicanos dispuestos
defender de los invasores este pedazo de tierra…
Una historia que vale la pena la leer. Un poco de historia y
un dejo de pasión, la mezcla ideal.
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