El microcuento o microrrelato es un subgénero que apasiona,
que invita a la innovación, a la ocurrencia y al dominio total del arte de la narración.
El microrrelato más famoso es de Augusto Monterroso: “Cuando
despertó, el dinosaurio todavía estaba allí”. La maestría de una historia queda
comprimida en esta línea. Prácticamente hasta la coma ayuda al momento de
tensión, al clímax que origina una creatura prehistórica.
Paola Tinoco busca retomar esta maestría pero a través de
autores mexicanos en Mexicanos en una nuez. Antología de microrrelato (2013).
Algunos primerizos en el subgénero, otros ya dominadores de la técnica, reúne a
Jorge F. Hernández, Ana Clavel, Alberto Chimal, José Luis Zaráte, Erika
Mergruen, Rogelio Guedea, Luisa Reyes Retana, Ashauri López, Élmer Mendoza y
Bibiana Camacho.
Algunos textos son destacados, alguno cumple en formar parte
de esta nuez, lo cierto es que es un texto que puedes terminar en unos minutos,
tener un buen sabor de boca y motivarte a explorar otros microrrelatos.
Destaca La fatiga de Jorge H. Fernández, dedicado precisamente
a Augusto Monterroso: “Luego de doce horas en vuelo, el viejo cerró su libro y
se bajó de la hamaca.” (11) La posibilidad de interpretaciones lleva a la
imaginación a otro nivel, a la búsqueda del significado del vuelo, y sobre todo
de la lectura.
Los invito a leer este texto, cabe en una nuez, pero como
ella, su gozo puede ser infinito. Con o sin dinosaurio.
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