lunes, 2 de enero de 2017

Otra mirada a México: La migración (Alejandro Hernández)

Si el narcotráfico es uno de los problemas en México, la migración es el otro gran fenómeno. Y no solo por aquellos paisanos que salen o que regresan al país, sino por los centroamericanos que pasan a nuestro territorio en busca del sueño americano.

Si bien es una situación con múltiples variables, la visión de la ficción se alimenta muchas veces de historias por demás reales: las carencias económicas las situaciones religiones y sociales llena a abandonar pueblos en busca de una mejor vida.

Pero ese sueño se transforma en pesadillas: violaciones, vejaciones, privaciones, enfrentamiento al crimen organizado, al hambre, al clima, todo conforma una odisea llena de dolor y desasosiego.
Todos esos testimonios en La bestia, las patronas, los refugios, van formando parte de ese andar fatigoso.

Alejandro Hernández busca retratar esta aventura en Amarás a Dios sobre todas las cosas (2013) una narrativa a detalle que nos llena de las tranquilas tierras de Centroamérica, llenas de familias y de hambre, que de una a otra historia deciden buscar el sueño americano.

En el cuaderno de Walter quedan escritas las historias: el compadre que conoce al coyote, el coyote que cruza una frontera y el que se arriesga con otros, la corrupción de la migración o de la policía, el grupo de indocumentados que hace comunidad, las corridas para alcanzar el tren, la violencia y los asaltos, las violaciones a las mujeres, los golpes por tener una acento diferente.

También se retratan los lugares donde hay esperanza, y comida, y baños; los lugares prohibitivos porque “te regresan a tu mera tierra” y otros donde “no más te dejan en la frontera”; y sobre todo, aquellos momentos donde un resbalón, una distracción, una pisada en falso te llevan a perder la vida o a quedar mutilados.

Walter, su padre, su hermano, una prima y un primo, salen hacia México. Y vivirán todas éstas y muchas aventuras más. Unas alegres, unas desgarradoras, otras violentas e incluso unas llenas de amor.

Lo cierto es que a un ritmo lento pero con descripciones y diálogos que buscan recrear una forma común de hablar, el autor nos lleva hacia esos momentos íntimos donde tener para comer puede superar a la tranquilidad idílica, donde se ahorra para “pagar el pase” más que para una casa o una camioneta, seguro esa llega con los dólares que se gana “del otro lado”.

Y es que, se retratan en la misma novela, hay personas que sí logran llegar, trabajar y regresar forrados. Eso alimenta la migración y la necesidad.

Con diversos personajes enigmáticos, las aventuras narradas en el cuaderno y otras visualizaciones que nos permite el narrador omnisciente, nos enfrentamos no solo a las inclemencias del clima y a la persecución oficial, también a las bandas del crimen organizado que pueden secuestrar o eliminar a quien les plazca.

Una dura realidad retratada en este novela. Un texto para explorar el fenómeno y ser empático con las necesidades de nuestros hermanos centroamericanos, y como nosotros mismos en México nos convertimos en esos obstáculos y esos dejos de esperanza que allanan el camino.


Un excelente texto, un muy buen narrador. Una historia realista, un final inesperado. A los migrantes, tal vez solo les queda rezar y cumplir los mandamientos. 

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