La colección Material de lectura de la Universidad Nacional
Autónoma de México (UNAM) recolecta voces contemporáneas que en México han
analizado situaciones sociales y políticas o bien expresado su voz hacia la
ficción que deja una huella en nuestras latitudes.
En el número 6 – Ensayo Contemporáneo en México (2004)
presenta extractos de diversas obras de la autora mexicana Margo Glantz. Centrados
en las figuras de Cortés y Malinche, los ensayos buscan recuperar la visión de
estos dos personajes clave para la historia mexicana: uno el conquistador –tan humano
como todos los que pisaron estas tierras o bien quienes vivían en ellas- otra representación
del mundo conquistado, revalorada como una figura clave en el mestizaje y
construcción de una nueva cultura.
La edición cuenta con una nota introductoria de Ignacio M. Sánchez,
quien recuenta la trascendencia de esta autora mexicana en las áreas de la
ficción y del ensayo, donde sus temáticas de la conquista o del México
contemporáneo, han arrojado una nueva mirada crítica.
En la primera parte del texto, se presenta Ciudad y
escritura: La Ciudad de México en las Cartas de Relación de Hernán Cortés. Comienza
con una disyuntiva fundamental ¿el español busca rescatar o poblar? Las
anteriores excursiones a las tierras recién encontradas planteaban solo una; y
en apariencia Cortés buscó la otra.
Por supuesto, lo segundo implicó desobediencia, por lo tanto “condenaba”
su viaje al éxito total. Esto va hacia la fundación de villas o ciudades –como la
Villa Rica de la Vera Cruz- o la destrucción de otras –Tenochtitilán, por
supuesto-. La conquista implicó más que una guerra directa una estrategia
ganadora: cortar los recursos de la capital indígena –que para su época fue una
verdadera ciudad moderna, según indica la ensayista y novelista mexicana- y
lograr alianzas capaces de cercar su potencial militar.
Con diversas y ricas fuentes, Glantz da viva voz al
conquistador español, para generar una aproximación objetiva a este vital
momento histórico.
En la segunda parte del texto, la figura central es La
Malinche: la lengua en la mano.
Por lengua Margo Glantz enfatiza el valor del lenguaje, y
cómo dominarlo sería la clave para lograr aquello que otros no habían intentado:
las alianzas en contra del Imperio Mexica.
De esta manera “la primera buena lenguaje indígena que Cortés
obtiene es Malinalli, Malintzin o Malinche, esa india que, como él [se refiere a Cortés] dice, hubo
en Potonchán” (23).
El capítulo plantea la función de la mujer en los viajes
españoles, acompañamiento a los oficiales y ser intérpretes de las diferentes
lenguas indígenas. Claro, enfatiza la autora, lo primero implicaba una versión
de esclavas al servicio del español; y lo segundo, un papel que se obtenía de
personas de alto rango social, no meras esclavas.
Así comienza una revisión entre las palabras de Cortés y Bernal
Díaz del Castillo, que describen a su manera a esta figura femenina de la
historia: entremetida, desenvuelta, sabia, prudente… siempre destacada que le
lleva a ganarse los favores del nuevo conquistador.
Una conclusión abrumadora nos da Glantz: “En las crónicas
españolas, Malinche carece de voz. Todo lo que ella interpreta, todos sus
propósitos se manejan por discurso indirecto.” (37) ¿El papel de la mujer queda
relegada? La historia así lo juzga.
Al final de su vida, este personaje obtiene la relevancia que
le reconoce como Doña Marina, aunque su figura total continua como un misterio
que ocupa páginas apasionadas y aleccionadoras de historia.
En estas 40 páginas, Margo Glantz refleja su rico estilo
crítico e investigador, lleno de fuentes y puntos de vita que permiten
reconstruir diversos ángulos de la historia. Ideal para conocer a la autora y,
por supuesto, conocer más de los personajes que conforman nuestra Historia,
así, con H mayúscula como señalaría Sergio Ramírez.
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