Esta novela parece arrancar de la realidad mexicana una situación -lamentablemente- común: jóvenes mujeres, casi niñas, con engañadas para vivir como esclavas sexuales. Familiares desesperados, autoridades ineficientes, criminales impunes.
Laura Baeza, nacida en Campeche, es una escritora, editora y periodista cultural mexicana reconocida por su sensibilidad narrativa y su compromiso con temas sociales y de género. Su obra abarca cuento, novela y crónica, y se caracteriza por explorar la violencia, la identidad femenina, la memoria y las tensiones del México contemporáneo.
El lugar de la herida (Alfaguara, 2024) es narrada a través de dos voces poderosas: Lucero, una adolescente con una visión aguda del mundo y una apremiante necesidad de aceptación; y Dolores, madre de Nancy, una compañera de Lucero que desaparece misteriosamente. Ambas mujeres voces entrelazan una trama intensa y emocional ambientada en una casona en las afueras de la ciudad, donde niñas casi adultas quedan atrapadas, simbolizando la vulnerabilidad y los peligros que acechan a muchas jóvenes en contextos violentos.
La ciudad está cerca de Tlaxcala, en medio de una región olvidada por las autoridades, donde todos se conocen y todos saben lo que pasa. Pero a la vez, nadie hace algo.
El texto explora sin concesiones temas como la trata de personas, la violencia feminicida, la corrupción institucional y la complicidad social. Dolores atraviesa el dolor de buscar a su hija desaparecida entre autoridades incompetentes y redes criminales. Lucero, por su parte, se encuentra con la cruda realidad de que la confianza y la seguridad pueden desaparecer en un instante, obligándola a madurar de manera acelerada.
Lucero es una chica popular y de pronto conoce a Nancy, quien se muda a una ciudad más pequeña para que esté más segura. Su meta es estudiar e irse a la capital estatal. Lucero vive con su madre, quien parece no amarla, y prácticamente la acusa de la violenta muerte de su hermano mayor, la situación de cárcel de su padre y su propio trabajo como mesera y algo más en un restaurante-bar.
Los personajes varones parecen estereotipos: el Beto, chico guapo con motocicleta que sabe conquistar a las más jóvenes, los amigos fieles dispuestos a todo para seguir con los populares, los ambiciosos que ven por su ganancia económica y no de las otras personas; rompiendo en cierta manera este trazo Antonio, el padre de Nancy y esposo de Dolores, quien también vive el drama de la búsqueda incansable y la impotencia poderosa.
Con una prosa directa, ágil y emocional, Baeza nos hace vivir una experiencia incómoda pero reveladora: atrás del supuesto cariño está la manipulación y la obsesión; detrás de la familia casi perfecta, la juventud que necesita vivir en carne propia sus decisiones.
A un ritmo ágil, diálogos precisos, y un lenguaje sincero, El lugar de la herida presenta un territorio que sangra y cicatriza al mismo tiempo -reflejo de las urbes contemporáneas en nuestro país y otros más-, reflejo de una sociedad que reproduce violencia mientras resiste a los cambios sociales y a las presiones socioeconómicas. Un lugar que no cicatriza, solo se hiere una y otra vez.
Un texto que hace a veces denso, otras desgarrador; ideal para conocer el estilo narrativo claro, directo y emocionalmente fuerte de Laura Baeza. Además, una oportunidad para adentrarnos en la juventud y aquello que la hiere, que la hace sangrar, mientras busca una madurez que tal vez los mismos padres no han podido tener; o que nuestra sociedad cree que ya deben tener simplemente por tener 15 años o más.
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