A veces me obsesiono en leer algo escrito por autores que no
sean mexicanos, chilenos o colombianos, tal vez ni argentinos ni españoles. ¿Por
qué? Considero que hay más literatura entre fronteras y océanos que aquella que
comercialmente llegan a nuestras manos.
Al combinar la obsesión con la oferta, hay una buena
combinación. Así compré por 50 pesos Con la congoja de la pasada tormenta Casi todos los cuentos (2009), de Horacio Castellanos Moya. Autor salvadoreño,
narrador incansable, nos ofrece en esta antología los cuentos escritos hasta
esa fecha, indicando que son casi todos, porque aún faltan muchos más por
escribir.
El estilo es ágil, con cortes realistas, simples en su
estructura, excelente en su narración, personajes entrañables, en fin, la
combinación perfecta para que 23 cuentos puedan ser devorados en 3 o 4 días. Y es
que acostumbrados a ciertos formalismos literarios, una narración fresca, que
no pretende vender pero sí hacer pensar a su lector.
Los cuentos fueron publicados previamente en colecciones del
autor o en antologías temáticas, pero ahora el autor les da un orden particular
–según lo indica en la nota final- para crear una experiencia diferente.
El cuento homónimo de la antología nace de El Quijote, y
realmente invita a vivir la tormenta que causa la realidad –llena de miedo y
frustración-, invita a disfrutar la vida, al cabo es lo único que tenemos.
Destacan, a mi gusto: Indolencia, Una pequeña libreta de
apuntes, Hipertenso, Tonto y feo, El gran masturbador, Variaciones sobre el
asesinato de Francisco Olmedo, Némesis, Informe, Con la congoja de la pasada
tormenta, Madrugete.
En cada uno, los personas se enfrentan a sus miedos, a sus
frustraciones, a una realidad apabullante. En unos, domina el miedo, en otros
el deseo sexual y dominio del otro. En sus espacios, domina el bar o el
departamento, aquellos cerrados que parecieran nos permiten escondernos del
mundo exterior.
La enfermedad, los celos, el tedio del trabajo, se combinan
con los diálogos abundantes y las descripciones precisas, para generar esos
ambientes de pesadumbre, tal vez de desesperanza. “No hay héroes posibles
cuando la tempestad ocurre en un oscuro mar de mierda” (76)
Algunos cuentos se convierten en novelas cortas, dominando
aquellos cortos, pero en todos se mantiene un lenguaje honesto, con la visión
adulta, e incluso con algunas combinaciones de informes, poemas, canciones,
aquello que le va dando aderezo a la vida. Epígrafes también acompañan a
algunas historias, proyectando las lecturas del autor, sus inspiraciones.
El tema de lo político también está presente, los perseguidos,
los espías, los exiliados. Pero los límites humanos se presentan ante la
pareja, ante el compromiso, el deseo.
Se puede decir que domina el vacío en sus personajes. “Abrí
los ojos: la oscuridad fue igual de absoluta; también el silencio.” (305)
Lo importante es disfrutar los cuentos. Inmiscuirnos en
estos interesantes personajes, estas historias reflexivas. Una antología que
recomiendo de principio a fin. Un escritor que vale la pena conocer.
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