lunes, 2 de marzo de 2020

2x1: La revisión de dos clásicos poéticos de Neruda


Pablo Neruda es una de las grandes figuras literarias de América Latina y de la poesía contemporánea. La vida del autor, entre la polémica personal y un fuerte compromiso político, se ha convertido en tema de revisión a la par de su obra.

Pero, en este espacio, queremos revisar una edición especial a raíz del aniversario del Neruda. Debols!llo reeditó los 25 títulos, incluyendo su obra póstuma, donde se incluye un prólogo de un autor destacado, notas de Hernán Loyola y una interesante tabla comparativa de las diferentes ediciones conocidas de la obra, incluyendo modificaciones o cambios de cada editor. Toda una información complementaria para descifrar las grandes obras del autor.

En esta ocasión revisamos dos obras clásicas: Veinte poemas de amor y una canción desesperada (2004, 2) y Los versos del capitán (2006, #10)

Veinte poemas…, incluye un prólogo de Óscar Steimberg, y es considerada todo un clásico desde su publicación en 1924. A casi 100 años, los sentimientos ahí reflejados marcan una visión del amor, entre exaltado y perdido, ante el objeto de deseo. La mujer, la pertenencia, la ausencia, a manera de letimotivs aparecen en los versos.

Si buen maneja el poema libre, las temáticas y los recursos líricos se podría decir son “tradicionales”. Ello, por supuesto, no pone en duda la calidad de los mismos. En mi revisión destacan (incluyo solo el primer verso):

#5
“Para que tú me oigas / mis palabras / se adelgazan a veces / como las huellas de las gaviotas en las playas. / Collar, cascabel ebrio / para tus manos suaves como las uvas.” (…) (27)

#10
“Hemos perdido aun este crepúsculo. / Nadie nos vio esta tarde con las manos unidas / mientras la noche azul caía sobre el mundo.” (…) (34)

#11
“Casi fuera del cielo ancla entre dos montañas / la mitad de la luna. / Girante, errante noche, la cazadora de ojos. / A ver cuántas estrellas trizadas en la charca.” (…) (35)

#12
“Para mi corazón basta tu pecho, / para tu libertad bastan mis alas. / Desde mi boca llegará hasta el cielo / lo que estaba dormido sobre tu alma.” (…) (37)

#15 (uno de mis favoritos)
“Me gustas cuando callas porque estás como ausente, / y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca. / Parece que los ojos se te hubieran volado / y parece que un beso te cerrar la boca.” (…) (43)

#20 (mi otro gran favorito)
“Puedo escribir los versos más tristes esta noche. / Escribir, por ejemplo: “La noche está estrellada, y tiritan, azules, los astros, a lo lejos.”.” (…) (51)

El trazo clásico de las palabras queda en el cierre de #14: “Quiero hacer contigo / lo que la primavera hace con los cerezos.” (42)

Los versos del capitán, todo un hito en la historia del autor. Según recuenta Mario Benedetti en el prólogo, la obra fue publicada primeramente en forma anónima; esto originó un alto revuelo en el país, pues el momento porque atravesaba Chile, se interpretó realmente como un capitán de las fuerzas armadas que abría su corazón al púbico.

También se narran las diversas complicidades de Neruda y su mujer en ese momento, que derivaron en el juego editorial de la publicación alrededor de 1952.

Los versos… se presentan en secciones temáticas: el amor, el deseo, las furias, las vidas, oda y germinaciones. Se incluye explicación, carta-prólogo, epititalamio y la carta en el camino.

La experiencia del autor queda más reflejada en estas líneas: la franqueza ante el amor y el deseo son transparentes, la evocación amorosa se acompaña de figuras poéticas y sentimientos a flor de piel.

Lo cotidiano se entremezcla en los versos: “Quítame el pan, si quieres, / quítame el aire, pero / no me quites tu risa.” (…) (28)

También la importante de la geografía y el ambiente que nos rodea, nutre la evocación: “Toda la noche he dormido contigo / junto al mar, en la isla. / Salvaje y dulce eras entre el placer y el sueño, / entre el fuego y el agua.” (…) (32)

Esa temática por la geografía y los elementos naturales parece constantemente: “En mi patria hay un monte. / En mi patria hay un río. / Ven conmigo. / La noche al monte sube. / El hambre baja al río. / Ven conmigo.” (…) (77)

Un par de textos clásicos que pueden invitar a muchas reflexiones y estudios, a identificar esa peculiar voz de Neruda al amor.

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