lunes, 21 de diciembre de 2020

The dirty girls social club: una mirada a la mujer contemporánea

Un grupo de amigas de la universidad prometió reunirse en forma periódica sin importar dónde y cuándo se encontrasen... y claro, quien falta a estas reuniones... Pero no es un grupo de mujeres cualquiera... son latinas y son sucias ...

Lo que es una reunión simple se convierte en una fiesta de personajes que se apoderan de sus papeles para viven para presentarnos trozos de la realidad.

La novela de la norteamericana Alisa Valdes-Rodriguez The dirty girls social club (2003, St Martin’s Press) presenta a seis amigas (Lauren, Sara, Amber, Elizabeth, Rebecca y Usnavys) que entre el origen dominicano, puertorriqueño, mexicano o de alguna isla del Caribe, pondrán a prueba su amistas ante el trabajo, la familia, sus maridos o parejas, porque las quieren o porque la vida les pone alguna prueba difícil.

Cada capítulo –que abre con una cita del libro de una de ellas- se centra en una de estas heroínas modernas, para develar sus temores, sus ambiciones, sus pasiones, y también aquello que las alienta y aquello que las frena.

Si bien son fieles a cada una, como en todo grupo habrá lazos más fuertes que otros, pero eso sí, que no se meta alguien con una de ellas, porque se meten con todas.

Porque ser haber estudiado una carrera universitaria, tener dinero, tener pareja o un excelente trabajo no hace que sufran una falta de respeto, una ambición masculina o una manipulación de sus parejas que las obligan a malas decisiones o simplemente destruir si dignidad ante las costumbres familiares o las imposiciones machistas.

A medida que avanza la historia, conocemos al ambiente de las revistas especializadas, la televisión, el hogar, las raíces mexicanas, el amor incondicional, la música, el arte, las noticias impresas.

Violencia familiar, embarazos no deseados, maltrato continuo, injusticia laboral y la acusación de ser del sexo débil, representan algunos temas adicionales de la novela.

Y es que Valdes-Rodríguez, en un tono irreverente y ágil ritmo narrativo, da una vos peculiar a estas mujeres, personas que te podrías encontrar en un restaurante cualquiera en una noche intensa.

Además de presentar un lenguaje accesible, la autora va presentando espacios urbanos tan comunes en cualquier ciudad de tamaño medio, con frecuentes situaciones culturales y sociales de nuestros días.

Escrita hace casi dos décadas, su propuesta es actual: los mismos problemas, las mismas situaciones, los mismos retos.

Una novela fresca, ocurrente y divertida, pero con una fuerte crítica social... si bien se hacen llamar sucias, en realidad son simplemente honestas y libres, sinceras y apasionadas, sucias, o mejor decirlo, chingonas.

lunes, 7 de diciembre de 2020

A home at the end of the world: la amistad, la fidelidad, el amor en tiempos contemporáneos

Antes de su consagración con el Premio Pulitzer en 1999 por The hours (Las horas: El tiempo y su paso implacable, comentado en este espacio en http://literaturaexperienciaviva.blogspot.com/2010/02/el-tiempo-y-su-paso-implacable.html) el autor norteamericano Michael Cunningham nos ofrece una novela sincera, profunda reflexión de lo humano, llevada a la pantalla con un gran reparto. A home at the end of the world (2004, Picador, Farrar, Strauss and Giroux)

En esta historia convergen tres personajes multidimensionales: Bobby y Jonathan, viejos amigos que se encuentran muchos años después y Clara, mujer dueña de si vida. Nacidos en una pequeña población de Estados Unidos, Bobby y Jonathan son dos opuestos: introvertido y extrovertido, padres involucrados, padres “despistados”, un seguidor y un auténtico joven. Entre ellos nace una amistad profunda: viven la juventud al máximo, el despertar sexual, los tiempos de cambios. Eventualmente Bobby pierde a su familia y “se adopta” en la familia de Jonathan, como un hijo más, estará con ellos en las buenas y en las malas, en la salud y en enfermedad.

Al paso de los años, Jonathan va a Nueva York y se acomoda naturalmente a una de las ciudades más pujantes en Estados Unidos. Bobby permanece en su ciudad natal, hasta que cierra el tradicional cine de su padre; y  éstos deciden mudarse al sur del país en busca de un clima que asiente mejor su salud.

Bobby entonces decide ir a Nueva York, donde Jonathan lo recibirá en el departamento que comparte con Clara, mujer independiente, consciente de la sexualidad de su compañero de piso, recibe al viejo amigo y se convierten en un peculiar trío que poco a poco vivirá al máximo su vida.


La estructura de la novela por capítulos, centra su narrativa en los tres protagonistas y Alice, la mamá de Jonathan, confidente de ambos –ahora- adultos jóvenes.

Las vivencias en esta gran ciudad pondrán a prueba la amistad, la fidelidad, el amor en tiempos contemporáneos, la homosexualidad, el trabajo, el ritmo de vida urbano… todo para retratar a un personaje más de la novela: la gran manzana.

A un ritmo lento, el autor va desarrollando profundamente a estos personajes, capaces de reír, de llorar, de extrañar, de amar apasionadamente. Pero a medida que se vive la década de 1980, una extraña enfermedad se adueña de Jonathan. Mientras el peculiar tercio decide dar un paso singular: tener un hijo.

El hijo y la enfermedad provoca en la pareja dar un paso decisivo: aprovechar una herencia de Bobby y mudarse a su pueblo natal. El contraste en esta vida provoca un shock en los personajes. Una dinámica familiar diferente, el trío pone un restaurante que se convertirá en referente en la población. Así, los personajes se desarrollan en todos los sentidos, para arrancar de la realidad esa vivencia que nos hace, finalmente, profundamente humanos.

Ubicados –para estos jóvenes citadinos- en casi el final del mundo, la casa se convertirá en un hogar para la familia, en la oportunidad de vivir plenamente y disfrutar todo aquello que los mantiene unidos.

Un claro ejemplo del amor en nuestros días, de los ritmos de nuestra vida y los desafíos que los tiempos modernos ofrecen para vivir. Un autor que demuestra su maestría en la construcción de personajes y presentar historias, arrancadas de la realidad y aleccionadoras.

En este espacio también comentamos Specimen days: tres muestras de la realidad (http://literaturaexperienciaviva.blogspot.com/2019/01/specimen-days-tres-muestras-de-la.html) con una estructura similar a Las horas, donde conviven el pasado, un presente y un futuro deshumanizado.