lunes, 26 de octubre de 2020

Big little lies: entre las mentiras y las realidades sociales

La necesidad de una sociedad perfecta se ha acentuado en nuestros días. El matrimonio, los hijos, la educación, la casa, las rutinas diarias, el deporte, las comidas o las vacaciones, incluso el trabajo, todo se combina en las accesiones que se construyen para demostrar esa perfecto. Porque si no la perciben los otros, no existe.

Este es el contexto de la novela Big little lies (Berkley, 2014) éxito literario de la autora australiana Liane Moriarty que se transformó en una importante serie de televisión.

Centrada en personajes femeninos, la novela se ubica en una población cualquiera, en la costa, donde la cerrada sociedad de una buena posición económica lo compra todo: la educación, el trabajo, las relaciones. La llegada de una mamá soltera y su hijo “diferente” hacen desequilibrar este mundo perfecto.

La novela -llena de flashbacks, diálogos, intertextos, descripciones- arranca con una muerte, un evento en una escuela y el interrogatorio a los personajes. A manera de detonadores, las preguntas de los investigadores van presentando a las mujeres de la historia.

Aparentemente perfectas, cada una de ellas tiene a los hijos e hijas perfectos, el trabajo ideal, tiempo para el ejercicio y las sesiones matinales para platicar con otras mamás. 

A medida que se develan las alianzas, las amistades y las traiciones, la aparente vida fantástica se desmorona: enfermedades, problemas económicos, violencia intrafamiliar, manipulación, infidelidad, dolor. Todo lo van viviendo cada una de ellas en su propio hogar.

A un ritmo intenso, en cada capítulo pareciera un sospechoso que de descarta, una posición diferente que nadie quiere aclarar.

En sí, la novela aprovecha situaciones comunes para mostrar esas pequeñas mentiras que nos decimos cada vida para demostrar una vida perfecta. Pero esas mentiras tienen consecuencias a veces no estamos dispuestas a enfrentarlas.

lunes, 12 de octubre de 2020

Entre tonos de gris: la realidad de los desplazados

Una historia juvenil aprovecha el formato de capítulos cortos, descripciones esenciales y abundantes diálogos para presentar una historia de ficción basada en las vivencias reales de los desplazados de la segunda guerra mundial.

Si bien se conocen ampliamente los campos de concentración con judíos y otras razas consideradas inferiores por los nacionalsocialistas, esta guerra provocó el desplazamiento de las tierras que fueron invadidas por Rusia, que posteriormente conformarían la URSS.

De esta manera, la norteamericana Ruta Sapetys retoma las experiencias de su padre, nacido en Lituania, para narrar la ocupación rusa y el desplazamiento obligado a las regiones inhóspitas siberianas. 

¿De qué es capaz el hombre con tal de destruir a sus enemigos? ¿Por qué las creencias o las ideologías diferentes pueden ser perseguidas hasta la muerte? ¿los hijos pueden simplemente heredar las supuestas ideas o los defectos de sus padres? ¿Por qué perturbar la vida de personas civiles con tal de mostrar poder y el simple hecho de poder hacerlo? Esto y más nos plantea la autora de Tonos de gris (2015, Océano Exprés)

La da vida a Lina y su familia, donde un día desparece su padre; ella, su madre y su hermano son obligados a dejar su hogar y a subirse a un tren que los llevará lejos de casa. Tratados como ganado, durante una noche los soldados van recogiendo personas de diversas partes de la ciudad para terminar en un camión lleno de gente. Arrancados de su tranquilidad, a estas personas no las atacó la guerra directamente, sino las autoridades de una ocupación que supuestamente los salvaría de los enemigos alemanes.

No importa la edad, el género, la formación, el trabajo, ni haber dado a luz minutos antes, todos terminan en el camión y de ahí a un tren, cuyo destino es desconocido. Así, pueden viajar en condiciones infrahumana por semanas, vivir hacinados en campamentos casi improvisados, comiendo casi basura y vistiendo harapos o cualquier ropa que los vaya protegiendo del clima gélido de estas regiones casi desiertas y cercanas al círculo polar.

De campamento en campamento, con escazas las noticias del frente alemán, del crecimiento ruso, de la cercanía de barcos norteamericanos que se han sumado a los aliados… en este contexto y sin saber de su padre, Lina conoce los más bajo del sentir humano en los soldados y en los propios exvecinos y coterráneos, dispuestos a todo con tal de sobrevivir.

Lina también irá de la niñez a crecer repentinamente a la vida adulta, vivirá el primer amor, mostrará su talento para dibujar, y tendrá oportunidad para conocer –en medio de tantas limitaciones- la solidaridad, la fortaleza del espíritu, la necesidad de amar y tener, ante todo, una razón para vivir. El valor a la familia, a respetar la voluntad, y claro, los sacrificios a los que llegan los padres y las personas que desean ser felices y ser dignos, aunque los otros quieran enterrar lo que queda de la individualidad.

Una excelente novela que plantea las grandes historias ocultas y la fortaleza necesaria para salir día a día con la esperanza de una vida mejor.

La edición de texto se acompaña con un mapa sobre el recorrido de Lina y su familia, y una cronología del viaje involuntario al que son sometidos.

Personajes multidimensionales son trazados con algunas pinceladas, construyendo una historia con algunos recuerdos sobre la vida que han dejado atrás, avanzando como un tren en medio del frío, del blanco, del gris.