lunes, 26 de septiembre de 2016

Vidas ajenas: un mundo moderno que nos consume



Las vidas ajenas (2005) fue galardonada con el Premio Planeta 2005. 

Escrita por el español José Ovejero nos presenta una excelente novela de suspenso, crimen, persecución, redención y la búsqueda de aquello que nos hace humanos. 

Lebeaux y Degand son dos personajes, uno empleado del otro, que conocen más que su personalidad sus más oscuros secretos. Qué motiva a una persona a matar, a triunfar, a traicionar, a hacer daño o a amar. Todo ello se va develando de un lado a otro.

Marlena, Claude, Kasondo, Chantal, Amélie, Daniel... son personas que van presentando sus historias de migración, crimen, fidelidad, pasión, entrega, trabajo arduo, a manera de vasos comunicantes, se van entretejiendo para construir vidas que en apariencia tan ajenas, se convierten en comunes. 

Una narración ágil, abundantes diálogos, poco a poco cada capítulo va conteniendo la otra historia, para dar pie a esa singularidad que es la vida. 

Personajes bien definidos, arrancado de la realidad, van dando vida a lo próximo, más allá de lo ajeno.

Una fotos enigmáticas, un chantaje de principiantes, el mundo del glamour, la explotación sexual, la corrupción multinacional, todos son temas que van nutriendo esta excelente novela, al estilo de la novela negra, en un contexto europeo moderno que parece más vigente que nunca.

lunes, 19 de septiembre de 2016

Una novelista en el Museo del Louvre: entre la erudición y la aventura



Zoé Valdés, la gran narradora cubana, nos presenta Una novelista en el Museo del Louvre (2009) un texto que se debate entre la novela por entregas y los cuentos. 

En primera persona, una persona va recorriendo este enigmático y majestuoso museo parisino para toparse no solo con diversas pinturas, sino con diversos personajes de ellos emanados, que van dando forma a una historia múltiple.

Por ello cada personaje u obra cubra vida, cuenta su historia o su vivencia, y obliga a la protagonista a mirar, a escuchar y hacer una reflexión sobre lo que pasa. 

A ritmo lento, a veces irónico, a veces divertido, otras reflexiono, Valdés ve entretejiendo afinidades y miedos humanos, para obtener una ventura tan singular como fantástica. En sí, cada estación es una hostoria, que queda contenida en un capítulo.

No es la mejor obra de la autora, pero sí un símbolo de erudición y casi de texto experimentalun excelente manejo del lenguaje. Descripciones precisas y diálogos destacados. Importante para los seguidores de esta autora que nos ha regalado grandes textos como Te di la vida entera (reseñada en Cuba: El idilio amoroso y el cambio social http://literaturaexperienciaviva.blogspot.mx/2010/07/cuba-el-idilio-amoroso-y-el-cambio.html)

lunes, 12 de septiembre de 2016

Otra de cuentos: La luna nómada.



En un viaje a Ecuador me topé con la cuarta edición de La luna nómada (2011) una excelente colección de cuentos de Leonardo Valencia.

Con un estilo concreto, diálogos precisos, personajes definidos, Valencia va construyendo historias arrancadas de la realidad, que van tejiendo diversas situaciones de la vida cotidiana.

En “El ojo del cíclope” Víctoriano Masdéu conserva por 25 años una habitación oculta, que inicia para guardar tesoros personales en La Habana, de personas que desean salir de la isla sin desprenderse de algo querido para siempre. Él lo conservará. Una y otra vez. Uno y otro año. 

Prácticamente, esta vida y la siguiente. Todo trascurre dentro de una curiosa normalidad de favores  resguardos, hasta que un reloj cambiará el pasar de las horas, o de las decisiones. En el cuento, lo absurdo se apodera de las paredes de esta habituación, a medida que parece no tener fin.

En el cuento “Insuperable capítulo seis”, el narrador nos presenta una historia a la Borges: el protagonista es un asiduo lector que va detectando elementos comunes en el capítulo seis de grandes textos universales, que invitan a no superar esa historia. Reales o inventados, realmente el protagonista cree que no puede sobrellevar dicho capítulo. El cuento hace gala de una erudición literatura, y otra visión irónica de la vida.

“Peligro para caminantes” construye un cuento plagado de vasos comunicantes, donde dos personajes en dos momentos históricos diferentes van tejiendo sus situaciones familiares con las históricas, para llegar a un punto en común donde existe un peligro para quien camina por Roma.

“Visiones para escapar de una reunión familiar” retrata el importante momento de una vida, dos familias unidas por la amistad, y ahora por el amor. En apariencia. Otro juego de ironía y situaciones tan comunes que cualquier familia se enfrentaría a la lluvia y a la fotografía perfecta de la boda. O de lo previo a la boda.

En “Triángulo de dos esquinas” dos viejos amigos reviden el mito de la amistas y la promesa juvenil. Tres amigos hacen una promesa para el amor y la fortuna, y el que lo logre ayudará a los otros dos. 
Con un excelente diálogo, poco a poco los protagonistas se tendrán que enfrentar al pasado. Y a su propia vida.

En estos cuentos, Valencia sale del contexto meramente local, para adentrarse en la Europa, en las tierras diferente a la propia, para buscar en cada una, aquella luna que permita encontrar un motivo, una razón de ser para sus personajes.

Esta edición incluye una reflexión del autor y un excelente decálogo progresivo, donde qué es el cuento se convierte en un personaje propio: “Un cuento es una bola de nieve que cae por la ladera de una montaña arrastrando lo que encuentra a su paso” (264).

Y el número diez de este decálogo, digno para una discusión con Vargas Llosa: “Cuando declaren que el cuento es superior a la novela, no digas nada. Cuando declaren que la novela es superior al cuento, tampoco digas nada. Nunca digas nada. Escribe.” (265)

Qué palabras tan ciertas, mejor no discutir si el cuento o la novela, solo escribir. Y para nosotros, leer. Y disfrutar. Con o sin luna.