lunes, 28 de septiembre de 2020

Kokoro: la revisión de un clásico japonés

Soseki Natsume fue un novelista japonés de finales que vivió su mejor periodo a principios de 1900s. De sus textos más famosos, Kokoro fue transformada en manga bunko por Nagi Yoshizake.

El formato manga bunko, estilo tradicional que transforma novelas cortas a un número determinado de cuadros por hoja, permite en castellano en la edición de Quaterni (2015) leerse de derecha a izquierda, y con el lomo derecho (no el izquierdo occidental)

Esta recreación de un texto oriental se conjunta con una historia profundamente humana: las pericias de un joven que siente su mundo limitado, de pronto se enfrenta a la una carta donde le expresan la muerte de su sensei (maestro)

El protagonista recuerda la playa donde conoce al sensei, cómo éste a pesar de su juventud tiene profundos conocimientos, cómo crece a su lado y de pronto sufre un profundo cambio. Ya casado y con responsabilidades, esta recuperación del pasado lo hace crecer nuevamente y enfrentar sus propios retos.

El amor, la fidelidad, la solidaridad, el compromiso, el suicidio, el enfrentamiento a la muerte, son algunos de los temas que hacen de esta novela gráfica un ejemplo de cómo a través de imágenes las historias cobran otra sensación, otra forma de abordarse.

Con un ritmo lento, dibujos sencillos, una gran historia está ante nuestros ojos.

Un clásico japonés del manga que se convierte es una historia ampliamente aplicable a nuestros días, incluso, a los tiempos que vive nuestra juventud y, por qué no, muchos lectores de todo el mundo.

lunes, 14 de septiembre de 2020

Desde la novela gráfica: Barrio Lejano

La tristeza por la partida del padre y una caminata por lugares comunes se transforma en un viaje en el tiempo, donde el pasado mostrará una lección de vida y el por qué de nuestras decisiones. Es la premisa de la novela gráfica Barrio Lejano (Ponent Mon, 2009) del japonés Jiro Taniguchi.

Hiroshi Nakahara, el protagonista de esta historia, tiene que hacer un viaje de negocios. Agobiado por el trabajo y las presiones familiares, de pronto se encuentra de nuevo en su ciudad natal, joven, estudiante y con la oportunidad de reescribir o de vivir su vida de una manera diferente.

Con esta oportunidad ¿qué haría de manera diferente? ¿cómo enfrentaría la escuela, los amigos, el primer amor? ¿encontrará por qué su padre de pronto los abandona? Así el protagonista si bien en el pasado pero consciente de la diferencia en su vida, arranca una historia donde se viven las situaciones diarias de un pasado recuperado.



En sus gráficos, de cierta manera tradicionales, con dibujos precisos, detalle de espacios y emociones, diálogos certeros, viñetas en blanco y negro llenos de nostalgia, nos conjugan un extraordinario ejemplo de esta forma narrativa.

Taniguchi construye personajes reales, multidimensionales, llenos de características propias de su edad, pero que se conjugan para ofrecer una historia sumamente humana.

Humana y real, dividida en capítulos donde la narrativa temporal es importante, la novela invita al lector a enfrentarse a sus propios miedos, a su propio pasado.

Un excelente ejemplo de la literatura japonesa juvenil, con grandes lecciones de vida, y la maestría de autores gráficos para contar grandes historias.