lunes, 24 de diciembre de 2018

El apocalipsis desde la visión mexicana: Así se acaba el mundo


Conjuntar el tema del fin del mundo con la creatividad juvenil se podría decir que es un tema ya vivido. Pero conjuntarlo con una visión a la mexicana, es otro nivel.

La antología Así se acaba el mundo, Cuentos mexicanos apocalípticos (ediciones SM, 2013) tiene esta visión: qué significa el fin del mundo, cómo y dónde se viviría.
Y si además un epílogo nos dice la canción, el libro o el momento que se viviría al llegar este instante, se nutre la visión.

Con viñetas de Bef, la antología presenta x cuentos de igual número de autores. Una sencilla biografía del autor y ese epílogo personal completan las viñetas.

Diversidad de puntos de vista, lugares, momentos históricos, lugares insólitos y situaciones familiares tan reales como una invasión alienígena o un meteoro cataclísmico.

Así leemos “Se hace tarde” de Agustín Fest; “El ocaso de las cosas” de Alejandro Espinoza; “Billete de ida” de Eva Díaz; “Robots asesinos” de Arturo Vallejo; “Cuatro formas de amanecer” de Sofía Ramírez; “Contemplación “ de Alberto Chimal.

También leemos “0:00” de Rodolfo J.M.; “El plan perfecto” de Raquel Castro Madonado; “22:22” de Isaías Moreno; “Fuego, camina conmigo” de Óscar Alejandro Luviano González; “Caput” de Omegar Martínez; “Honeymoon Suit” de Miguel Cane; “Nadie se muere en la víspera” de Cecilia Eudave.

La antología se completa con “Lluvia” de Edilberto Aldán; “El castillo de las lluvias menguantes” de Carlos Bustos; “De qué silencio vienes” de Libia Brenda Castro; “Los felices días del bombardeo” de Alejandro Badillo, “Más allá” de Erika Mergruen, y “Final de fiesta” de Gabriela Damián Miravete. 

Cuenta también con una ilustrativa presentación del también antologador Edilberto Aldán.

La antología se convierte en una fresca revisión de miedos, deseos, frustraciones, aspiraciones y la visión de decir en dónde, con quién, haciendo qué, quiero pasar el momento del fin del mundo.

lunes, 17 de diciembre de 2018

La gran ola: los corporativos contemporáneos


El Premio TusQuets Editores de Novela busca, a mi juicio, traernos autores e historias más allá de lo convencional, creo que lo logran una vez más con La gran ola (TusQuets, 2016) de Daniel Ruiz García, en su edición XII.

De la pluma de este autor español, la historia se presenta en el mundo corporativo contemporáneo y una especia de descenso al infierno, las presiones laborales, familiares, personales… metas, indicadores, satisfactores... todo se conjuga para crear esta especie de espiral que obliga al protagonista Julián Márquez a enfrentarse a s familia, sus amigos, sus compañeros de trabajo, en fin, a sí mismo.

A través de la empresa Monsalves (tamaño medio, grandes aspiraciones), Ruiz García nos invita a revisar las tendencias corporativas: qué límites personales deben alcanzarse o superarse para lograr una meta, un indicador de superioridad económico. El mundo de las ventas se enfrenta a esta visión integral de la nueva filosofía corporativa: cómo alcanzar la felicidad no es solo en la propia persona sino en lo corporativo.

Si bien el protagonista es una persona dedicada a su trabajo, no comulgar con todas las ideas puede generar una presión adicional, incluso, estar en sentido figurado sin un salvavidas al enfrentarse a una nueva ola.

La historia principal da pie a vasos comunicantes: los compañeros y las compañeras de trabajo -unos superiores, otros iguales en el organigrama- son presentados en forma solitaria, a manera de solistas de una orquesta, cada uno con su propia historia, conforman un nuevo mosaico de posibilidades para el futuro. Y es que por igual, hombres y mujeres tienen sus fobias y sus filias, que aderezan sus decisiones laborales y su comportamiento en la oficina… todo va provocando ondas en el agua hasta generar olas…

Y es que no se trata solo de vencer a la competencia, sino de enfrentarse los unos a los otros para un mejor resultado... al menos de la visión empresarial, no lo mejor para esa comunicación informal / clima organizacional entre iguales. La convención anual y las juntas de planeación, resultan ser el escenario perfecto para ser despiadado, sumiso o un empleado transformado.

En una sinfonía que enfrenta lo personal y lo profesional, cada personaje debe estar listo para la llegada y la superación de la gran ola... pero el protagonista -que ha llegado a la cresta de su situación- debe decidir entre tener un dejo de compasión o volverse uno de más de aquellos dispuestos a pasar encima de todos con tal de triunfar.

Las tácticas drásticas e incluso sexuales se narran, junto con las obsesiones de cada personaje, incluso el dolor del despido y la oportunidad de la redención: indicar que alguien sí está trabajando o dejar que se termine de hundir en las profundas aguas de la indiferencia.
Con diálogos intensos, lenguaje brutalmente honesto a veces, una trama aparentemente lineal pero cargada de historias paralelas, van dándole forma a ese océano de encuentros y desencuentros.

Lo cierto, cada personaje va viviendo una especie de descenso al infierno, donde las tensiones laborales y personales llevan a un nivel inferior, llegando a los extremos humanos, donde no hay motivación que sirva, ni oportunidad para superarla.

Y en medio de todo, la sensación que tiene Márquez de que Estabile –coach de todos y de nadie a la vez con su pensamiento positivo – guarda algo más que palabras de aliento para todos los empleados…

Una buena novela, la oportunidad de leer a un autor que va creciendo con sus textos y, por supuesto, enfrentarnos a ese mundo corporativo dispuesto a todo, casi literalmente, a enfrentarse con las grandes olas del océano aunque cuesta la propia vida.

lunes, 10 de diciembre de 2018

En busca de la novela perfecta: Carmen Boullosa

Escribir la novela perfecta puede ser tan retador como llegar a Marte. ¿Posible? ¡Claro! Pero actualmente no tenemos la tecnología ni las habilidades para lograrlo. Escapando de su dominante labor en la novela histórica, Carmen Boullosa escribe La novela perfecta (Alfaguara, 2006), un relato que podemos clasificar en ciencia ficción.

El protagonista Vértiz publica una primera gran novela, que lo lleva a la cima del éxito y a conseguir casarse con el gran amor de su vida. Todo fluye de maravilla con un cambio de ciudad, el trabajo muy bien remunerado de su esposa Sara, y la oportunidad de oro: tiempo y espacio para construir su segunda novela. Pero cae víctima de la depresión y la frustración: quiere escribir pero simplemente no hay inspiración. 

Para este escritor bastante holgazán, las tensiones familiares comienzan, y aunque tiene buen ingreso de la continua edición de su novela, todo comienza a llegar a un límite. Es una especie de espiral hacia lo más bajo de su vida, un día decide salir y se topa con un vecino. Aquí arranca una especie de comedia absurda: personajes extraños, aventuras tecnológicas, mezcla de la realidad y la ficción que se entremezclan como en una noble sinfonía.

Así arranca relato de ciencia ficción: un vecino ha gastado una fortuna para crear una máquina capaz de conectarse al cerebro y, una vez que se ha pensado en ella, se traduce en un capítulo completo en papel. Hay riesgos, pero aparentemente menores.

Lo que comienza como una aventura literaria en Brooklyn, Nueva York, muta a los límites de la imaginación, la duplicación de la realidad, los alcances de los temores y los deseos más ocultos -sexuales, creativos, familiares- se pueden hacer realidad para trastocar la frontera de lo viable.

Con intensos diálogos y una imaginación puesta a prueba de fuego, la novela perfecta comienza a escribirse, entre lo creativo y lo absurdo, a una sola voz. Combinando inglés / español, algunos fragmentos de diálogo son traducidos por el protagonista, en este afán de incluirnos en su relato; lo demás, puro juego de diálogos entre divertidos y absurdos.

Narración ágil como Boullosa suele hacer. Si bien alejada del género que domina, es precisamente lo que hace valioso este texto: la oportunidad de disfrutar una narración ágil, que juega con el lector, y construye la utopía de la facilidad literaria. A fin de cuentas, nada es perfecto. 


lunes, 3 de diciembre de 2018

La migración, la familia, el futuro: Mar de mañana


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Una novela corta contada a dos voces, personajes multidimencionales unidos ppr el mar Mediterráneo, unos diálogos precisos con descripciones poéticas, una gran historia contada en pocas páginas. Así describo Mar de mañana (Alfaguara, 2011) de Margaret Mazzantini, una de las voces representativas de Italia.

Con esas dos voces, Mazzantini presenta un tema por demás vigente en Europa: la migración de las regiones africanas al Viejo Continente, especialmente a las costas italianas. Pero aquí nos plantea una historia igual de valiosa e interesante: la migración italiana hacia tierras de Libia durante el régimen de Mussolini, esa búsqueda para expandir el territorio imperial en los años previos a la Segunda Guerra Mundial.

La novela arranca con una poética visión de las tierras africanas, donde una mujer joven y su hijo se ven obligados a salir de su pueblo, ante el ataque y muerte del esposo y padre, y no tener otra oportunidad de vivir. Desplazados, deberán sufrir ese arduo peregrinar en el desierto, que desemboca en el hermoso mar. El hijo nunca lo ha visto, y del asombro pasará al miedo.

Miedo ante el amplio mar que tiene enfrente y que se debe cruzar en una barcaza, sostenida por el milagro de la corrosión y un viejo motor que otros compañeros deben estar alimentando. El sol, la falta de agua, los mareos, el hacinamiento y el no tener los adecuados instrumentos de navegación la aventura puede o no tornarse en tragedia.

El amor de una madre y un hijo parece reflejarse en ese mar, del azul tranquilo al azul tormenta, su cariño y su propia vida están en juego, es lo que vive Farid con su madre Jamila, quienes escapando de esa guerra impuesta atravesarán las barreras físicas y la frontera de la realidad.

En contraparte, los exiliados del África llegan a Italia, sin pertenecer a la tierra donde dejaron su conocimiento a adoptaron su cultura, a su tierra de origen, tan desconocida como el futuro.

Una serie de conflictos familiares, la vida en la frontera, disfuncionalidad familiar, y una vivencia diferente del exilio, es lo que enfrenta Angelina y su hijo. Arrancador del África que consideraban su tierra, ahora vagan entre trabajos sin futuro y sin alternativas de estudio, su forma de hablar, de comer, de vivir, resulta diferente en su propia ciudad, a diferencia de su color de piel.

En ese exilio, vivir junto al mar es la oportunidad de un mejor mañana, disfrutar el verano de una forma diferente. Y tal vez, vivir algo que valga la pena, aunque sea ayudar al desconocido.

¿Qué depara a estos personajes que viven del otro lado del Mediterráneo, y a la vez en la misma playa? Si los alumbra el mismo sol de la mañana ¿hay una esperanza de un mejor futuro? 

Esta novela, mucha descripción y poco diálogo, resulta una excelente experiencia para disfrutar de una autora afamada en Italia, y en nuestra lengua, conocer otras vidas, adentrarnos en las vivencias de los desplazados, en identificar la universalidad de su drama.