martes, 9 de marzo de 2010

Lizardo: Entre lo grotesco y la atemporalidad

Gonzalo Lizardo es un autor mexicano, poco leído pero excelente narrador. Conozco de él dos textos: Corazón de mierda (2007) y Jaque perpetuo (2005) Ha escrito también cuentos y ensayos.

En Corazón..., El Candingas, un personaje arrancado del folklore mexicano, presenta sus años mozos en la Ciudad de México, y su relación con lo más selecto de la delincuencia juvenil de la década de 1960, especialmente con uno de los delincuentes más famosos de la época: Ricardo Olmedo Ríos.

Con un estilo fresco, coloquial, personajes tan comunes que se encuentran en cada esquina de esa gran orbe, Lizardo entreteje una historia de crimen y de amor, que más que reflexionar sobre la delincuencia juvenil invita a un ejercicio sencillo sobre la naturaleza humana y la forma en la cual se enfrenta un personaje a un contesto oprimente y un futuro desolador.

En contraparte, Jaque... se convierte en un ejercicio matemático, donde la movilidad de los peones permite jugar con el tiempo y tres personajes: Rael, Gaspar y Helena. En 7 relatos diferentes, estos personajes van intercambio la época moderna, la colonial, el siglo XIX... México, Europa... un sin fin de geografías que van entretejiendo la perpetuidad del tiempo.

Y es que los 3 personajes van construyendo un completo triángulo amoroso: se comparten como amantes, se transforman en un rito demoniaco, se pierden en las guerras mundiales, se fusionan con la música. En fin, ninguna historia es igual a la otra, excepto en la búsqueda de quiénes son y qué hacen para sobrevivir.

La partida de ajedrez se tranforma entonces en la composición grandiosa de una ópera sobre Nietzche o bien un fin de semana "reventado"... todo para darnos una sencilla lección: los personajes son los mismos, los conflictor pueden ser los mismos, sólo cambia el escenario.

La modernidad: nido de soledades

Yasmina Reza saltó a la fama muldial con un obra teatral multipremiada: Arte (1994) Ahí, 3 amigos se enfrentan a un cuadro blanco con líneas blancas... y comienza la fervea crítica hacia el arte, hacia qué consideramos valioso en estos días, hacia la sociedad moderna. Todo con una mirada que raya en lo irónico y lo cómico.


Una vez dominado el teatro, tanto como actriz como escritora de libretos, publica un serie de cuentos (Hammerklavier, 1997) y finalmente su primera novela: Una desolación (1999)
En este texto, una especie de monólogo interior nos introduce a un adulto mayor, cerca de la muerte, quien comienza una recuperación de las cosas que ha amado, aquellas que ha odiado, de sus esposas y amantes, de sus amistades, y de sus hijos... y éste se da cuenta de la mediocridad que envuelve nuestra cultura: unos prefieren viajar y otros quieren ser felices. Pero, se pregunta el personaje ¿qué signfica ser feliz?
La crítica hacia la actualidad va creciendo... si bien a una década de su escritura, permanece. A su hijo le dice con brutalidad: te prefiero criminal o terrorista que ser mediocra. Y que tu hermana, repite en su monólogo, no trate de convencerme de ser simplemente feliz.
Poco a poco va recuperando su pasado y explicando su presente; pero ni la cercanía de la muerte le hacen acercarse a la felicidad, o al menos lo que ahora consideramos como ser feliz.
Esta obra, donde reina precisamente la soledad humana, va en este tono. A veces lento, a veces drástico, va a representar esta voz de una persona que se enfrenta a la muerte, a la desolación y, a fin de cuentas, a la reflexión sobre qué significar ser feliz.

El paciente y la mona, combinación improbable

Se ha dicho que Mario Bellatin es provocador: mezcla en sus textos ficción y realidad, experimenta, enfrenta al lector con nuevas sensaciones... es también un maestro de la novela breve y, en cierta forma, de la intraga.

Todo eso lo cumple en un breve texto llamado La jornada de la mona y el paciente (2006) Aquí, el escritor mexicano combina una simple anécdota aparentemente familiar con uno de sus temas recurrentes, la muerte.

Se plantea que un enfermo (aparentemente terminal) decide comprar un animal exótico... y la mona llega a su vida. Esta anéctoda da pie a una profunda reflexión sobre lo humano y lo cercano, sobre las relaciones familiares y cómo enfrentar la adversidad.

Y de pronto, el narrador da un giro total y comienza a reflexionar sobre la escritura... la necesidad de hacerlo y qué implica este mismo ejercicio ¿Estamos ante el paciente, ante el narrador o ante el autor?

Habrá que leer el texto para saber a qué nos enfrentamos...