sábado, 28 de diciembre de 2019

Una visión de la mujer: Carta a sor Filotea de la Cruz


Sor Juana Inés de la Cruz ha inspirados novelas, ensayos, películas, series de televisión, editoriales, coloquios y mucho más. Mexicana que tiene un lugar en las letras y en la cultura novohispana, comparable a los grandes escritores del Siglo de Oro Español, dicen los biógrafos que fue una mujer sencilla, seguidora de las directrices oficiales y parte del sistema religioso de su época.


Lo cierto es que pocas veces la leemos más allá de su poesía, su otro gran texto comentado por Octavio Paz y otros grandes escritores, es el texto “Carta a sor Filotea de la Cruz”. En una sencilla y completa edición de la Universidad Nacional Autónoma de México, en la Colección Pequeños Grandes Ensayos (#19, 2008), la presentación corre a cargo de Sara Poot Herrera, y se incluye una cronología y una biografía mínima de la autora.

La carta, históricamente, se puede ubicar en el apogeo de las letras de la autora, cuando todavía se consideraba negativo tal productividad y causó la reprimenda de un superior y este texto se convirtió en su respuesta.

En sí, es un texto erudito: las citas a las sagradas escrituras, los estudiosos de las mismas, incluso fragmentos en latín de diversas fuentes. El grado de conocimiento de autores de la época compite con el nivel de dominio del lenguaje, la narrativa certera, las frases largas, las abundantes comas y el uso de recursos literarios y estilísticos, hacen de este texto no solo una carta, sino un ejemplo de dominio claro de temas y lenguaje.

Según el texto, se pregunta –en pocas palabras– si conviene para una mujer escribir sin pretensión, pero sí con fortaleza, sin el afán de competir con las escrituras sagradas ni los grandes escritores de la época. Ya sea por necesidad o por demostrar su fortaleza o la fuerza de espíritu, el escribir se convierte no solo en una forma de expresión sino en una adoración divina. Entonces ¿es erróneo? Si lo ha sido ¿es un reto aquellas que en la historia lo han hecho?

La pregunta o el reclamo no se dirige a una personal, sino al sentir de una época.

Revisa, con ello, la figura de la mujer en la historia, en momentos clave de la historia, incluso en los libros bíblicos. Una exaltación a la habilidad de escribir y de decir, sobre todo, con libertad.

Abre preguntas, y las contesta con erudición. Plantea retos y los enfrenta con seguridad. La carta, a fin de cuentas, es un reclamo con la humildad letrada de una persona que entiende y enfrenta a su época

Un texto para reflexionar y entender la época, y por supuesto, conocer y reconocer el valor histórico de sor Juana y de su pensamiento.

lunes, 23 de diciembre de 2019

2x1: cuentos de “Material de lectura”


De las colecciones de amplia tradición en México, resalta una de la Dirección de Literatura de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) llamada “Material de lectura”. La fama de esta colección ha recorrido varias décadas, y sus continuas reediciones nos permite tener acceso a material, a veces difícil de conseguir, pero en especial a un precio accesible.

Comentamos dos de sus números de la línea cuento contemporáneo: María Luisa Bombal (2010, #13) y Francisco Hinojosa (2018, #134)

          

La antología de María Luisa Bombal incluye una aleccionadora introducción de Lilia Osorio, llamada El espejismo amoroso, y después los cuentos completos El árbol, La última niebla y un fragmento de la pieza más conocida de la autora: La amortajada.

En la introducción se confirma que Bombal tiene mucho y versos textos, pero es el cuento largo La amortajada que le dio fama y un lugar en las letras hispanoamericanas. En ese texto define una visión particular de la mujer: una especie de víctima de su época, busca sobresalir ante todas las circunstancias de su sociedad, e incluso sobrevivir a pesar de las situaciones negativas que le tocan vivir.

Eso sucede en El árbol, donde ésta se convierte en el receptor de la situación oprimente que le ha tocado vivir a la protagonista; mientras en La última niebla, ésta se convierte en el pretexto para que una narradora en primera persona describa su alrededor y aquello que le ha tocado vivir.

Entre la melancolía, la figura oprimida femenina y en sí una desesperada crítica al lugar que le ha tocado vivir a la mujer, Bombal nos narra con amplias descripciones y diálogos precisos aquello que considera configuran la personificación femenina de una época, tal vez, que se repite en el tiempo.

En la antología de Francisco Hinojosa, se incluya una nota introductora de Martín Solares, donde el escritor recrea uno famoso texto del antologado, para indicar al lector que está a punto de entrar a un universo donde se disfruta la lectura y nadie se quiere salir…

Se reúnen aquí tres cuentos: Informe negro, A los pinches chamacos, y La muda boca. El primer cuento recre, como su nombre lo indica, un informe que incluye un misterio, y a través de la numeración del 1 al 100 buscará aclarar la situación indicada. El segundo cuento, recrea en primera persona las limitaciones y situaciones que vive un niño que está por convertirse en adolescente, y “estorba” por acá o no puede hacer algo por “allá”; hasta que tres amigos –que incluye una mujer- se enfrentan a un clóset y a un misterio que cambiará sus vidas.

La muda boca está narrado con muchos paréntesis aclaratorios, recrea la aventura de un becario en París y las múltiples situaciones que enfrenta… hasta que las ratas aparecen en su vida.

En sí la antología nos permite conocer el estilo del autor mexicano, y saber por qué se ha consagrado como uno de nuestros grandes narradores.

Un par de antologías que vale la pena para conocer a los autores, y disfrutar un poco cuento contemporáneo latinoamericano.

En este espacio hemos comentario otros textos de la colección: Siete poetas norteamericanas (http://literaturaexperienciaviva.blogspot.com/2018/11/siete-poetas-norteamericanas-siete.html) y fragmentos de ensayos de Margo Glantz (http://literaturaexperienciaviva.blogspot.com/2019/09/una-recuperacion-de-la-memoria-ensayos.html)

lunes, 9 de diciembre de 2019

2x1: Cuentos de “Vientos del pueblo”


En la pasada Feria del Libro de Monterrey 2019, en ese recorrido obligatorio en algunos stands, mi esposa entró a Fondo de Cultura Económica (FCE) y se topó con una singular serie: cuentos de afamados autores en edición individual ilustrada, y a un precio accesible de 11 a 20 pesos. Así que nos surtimos.

Los dos primeros son unas joyas del cuento mexicano: El Rayo Macoy (FCE, 2019) de Rafael Ramírez Heredia; y El crítico (FCE, 2019) de Antonio Malpica. Ambos con ilustraciones de José Hernández.


El Rayo Macoy, Ramírez Heredia nos presenta la historia de un boxeador, desde sus humildes comienzos entregando pan en una bicicleta, hasta sus problemas personales y financieros, una historia con común como nuestros boxeadores nacionales.

Y contada con su natural estilo, el lenguaje se combina con un estilo narrativo lento, con un narrador tan sincero como honesto, que crea los rincones mexicanos desde la fonda hasta los lugares de vicio.

Una excelente historia de un gran narrador que supo retratar los barrios mexicanos con historias arrancadas de nuestra realidad.

Por su parte, Malpica usa en El crítico el estilo grotesco, entre miedo y suspenso, casi sobrenatural, para contar una historia detectivesca: ha habido muertes de escritores, con textos profundamente corregidos, nadie lo sabe, hasta que muere un reconocido autor, que incluso ha aspirado al Nobel de Literatura.

“El crítico” ha escrito a la policía, enviando un texto del gran autor con múltiples correcciones. Esto provoca una singular reunión en una conocida librería de la Ciudad de México, donde los grandes de las letras comentan el tema… hasta que encuentran el porqué de los asesinatos…

Un final sorpresivo –como todo buen cuento- remata este singular relato, que además de manejarnos el suspenso nos provoca una cargada crítica literaria y un estupendo manejo de la ironía.

En sí, un par de excelentes cuentos con grandes ilustraciones de Hernández, que logran hacer obras singulares. Una muy buena colección que vale la pena seguirle la pista.

lunes, 25 de noviembre de 2019

Otra de poesía, Una antología personal de Piedad Bonnett



Y al toparme Feria del Libro Monterrey en el Fondo de Cultura Económica la versión de sus poemas en “Los privilegios del olvido: antología personal" (Tierra Firme, 2008), descubrí su vasta obra poética. El lenguaje lírico de su narrativa adquiere aquí una nueva dimensión en la poesía: los momentos cotidianos son ahora postales poéticas.

La antología recopila poemas destacados de 6 publicaciones anteriores: Tretas del débil (2004), Todos los amantes son guerreros (1998), Ese animal Triste (1996), El hilo de los días (1995), Nadie en casa (1994) y De círculo y cenizas (1989), así como el prólogo La poesía de Piedad Bonnett: Un lugar para lo genuino de José Watanabe.

Entre los más de 100 poemas aquí compilados, un número de ellos carece de título, pero no sentimientos. Pareciera que todo es un pretexto para la poesía: los cometas, los árboles, la naturaleza, los gatos, las palabras, el paisaje, la luna, la noche, el poema, las reliquias.

Desde las primeras hojas destaca el poema 3 (23)
“Comprobaste
con asombro dolido
que no era bella tu muñeca reciente.
La vida incompasiva no había puesto en mis ojos
el verde musgo que alumbraba los tuyos.
y sí una fea mancha carmesí
sobre el labio infantil. Pero, puesto que la belleza era tu credo,
ibas a batallar contra la injusta
naturaleza. (…)”

El duro arte de crecer y el asombro de quienes nos toca atestiguarlo.

El enfrentamiento, casi miedo al primer amor y, de nuevo, el crecimiento, domina en el poema 5 (25)
“Tenía miedo de tu miedo
y miedo de mi miedo. (…)
Yo pensaba que el mundo era cosa de hombres,
mientras mis senos
crecían en abierta rebeldía.”

La muerte es otro tema en su obra. En el poema 12, asombra la muerte de un niño, y precisamente una menor de edad pregunta “¿No era la muerte sólo de los viejos?” (28) Mas que dolor, produce asombro.

En el poema 18 (33), que aquí pongo íntegro, la muerte, las ausencias y lo cotidiano se hacen presentes:
“Desde la ventanilla del viejo bus
veo el mundo correr,

los árboles correr,
correr el viento,

el niño que dice adiós correr,
el postigo, la alambrada, el camino.

¿Son ellos
los que se van
son ellos los que huyen?

Mi hermana y yo llevábamos abrigos:
ella rojo y yo azul,

mi hermano duerme.

No lloren,
madre,
padre,

el llanto de un adulto es una piedra
en la espalda de un niño silencioso.”

Y el crecer, siempre despierta temor, recuperar o dejar ir la niñez:

21 (36)

“Allá abajo
la ciudad nueva, la inventada por ti,

Que ahora te retocas los labios,
te embelleces para ella.

Qué bonita
familia,

Como para un retrato.

Abran, niños, los ojos
y sonrían.”

Las personas dejan de ser entes para ser los viajeros, el hijo pródigo, los estudiantes, los forasteros, el vigilante, un hombre con miedo.

Destaca El hijo pródigo, que reinventa la fábula evangélica para decir:

“Ya no teníamos pasos, ni pies, sólo la furia
de tener que vivir y en la memoria
el rescoldo aún tibio de nuestros pobres miedos (…)

Decidí regresar
porque la muerte allí es más mía que esta muerte.” (44-45)

Quienes estudiantes – Los estudiantes (47)- también brotan de lo cotidiano para convertirse en poesía:

“Los saludables, los briosos estudiantes de espléndidas sonrisas
y mejillas felposas, los que encienden un sueño en otro sueño
y respiran su aire como recién nacidos,
los que buscan rincones para mejor amarse
y dulcemente eternos juegan ruleta rusa,
los estudiantes ávidos y locos y fervientes,
los de los tiernos cuellos listos frente a la espada,
las muchachas que exhiben sus muslos soleados
sus pechos, sus ombligos
perfectos e inocentes como oscuras corolas,
qué se hacen
mañana qué se hicieron
qué agujero
ayer se los tragó
bajo qué piel
callosa, triste, mustia
sobreviven.”

La muerte se presenta de nuevo en Regreso, To be or not to be y Oración (55)
“Para mis días pido,
Señor de los naufragios,
no agua para la sed, sino la sed,
no sueños
sino ganas de soñar.
Para las noches,
toda la oscuridad que sea necesaria
para ahogar mi propia oscuridad.”

Certeza nos regala un poderoso final, paradójicamente, sobre lo que es ésta:
“No tenerte
es esperar
confiada
que no llegues.” (61)

Nos pone a pensar en el deseo y el sexo con Los hombres tristes no bailan en pareja, Voyerismo, y Porque es sola la noche.

Y las cuestiones comunes también: las siestas, la certeza, el caleidoscopio, las señales, los espejos, las tareas domésticas, las noticias, las caricias. Eso queda plasmado en Rito, La venadita, [Por la ventana contemplo], Revelación (112):
“De niña me fue dado mirar por un instante
los ojos implacables de la bestia.
El resto de la vida se me ha ido
tratando inútilmente de olvidarlos.”

Las cosas que pasan desapercibidas como el baile, la sonrisa, el adiós, el llamado, el proceso digestivo, los sueños, la fiesta, el nombre.

Ahí destacan Cuestión de estadísticas, Biografía de un hombre con miedo, Sólo tu nombre (139):
“Pienso en la dulzura de poseer sólo tu nombre
e ignorar todo e inventarlo todo, salvo tus ojos, su infinita
oscura soledad y la furiosa
presencia de la sangre en tus arterias, el palpitante
arrullo de tu pecho que no he oído, yo que debo callar
mientras te alejas, mientras te acercas pálido, invencible
a mi noche en que el tiempo no te toca, sin ayer, sin mañana,
desnudo como un ángel que no puede
remontar las fronteras de mi sueño.”

Más adelante destaca Soledad de dos, Ocurre, Mapa, Soledades.

La escritura, se ha dicho muchas veces, es la invocación o la recuperación de la memoria, pero también de lo cotidiano que se convierte en extraordinario. Lo anterior queda plasmado en Precisamente (88-89):
“Mientras escribo este verso
millones y millones de seres respiran todavía en mi viejo planeta.
Prueba aquél una amenaza y descubre un gusano entre su pulpa.
Una mujer escribe una carta y solloza.
Abre la tierra este otro con sus manos, y transpira y no piensa.
Y en una esquina una muchacha espera a un hombre que no llega.
Miles de hombres y mujeres abren sus ojos y recuerdan su cuerpo y sus tareas.
Cientos de esófagos, de glándulas, de hígados, hacen su inocente trabajo
y el amor resucita caricias a un millón por segundo
y alguien se juzga feliz
y un hombre compra una cuerda y la cuelga
del árbol que en su patio florece.
Tosen, cantan, defecan, multiplican, parten su pan, aceitan su paciencia,
bufan, escupen, besan, timan a su vecino,
mienten, mienten y ríen, mienten sinceramente y apuñalan
o leen un poema,
y éste se hace un bistec y aquél cae de bruces y ya no se levanta,
y Rosa estrena su vestido verde,
y Allan le ha pegado a su joven mujer y se emborracha
y Gore cría peces en su bidet y apesta
y Lina se masturba
y Pedro se masturba
y Amarilis se pinta las uñas y camina desnuda por su cuarto en penumbra.
Millones de hombres y mujeres respiran mientras que yo te busco en la memoria
y te maldigo a ti
imposible y único
precisamente a ti
precisamente.”

Una extraordinaria antología para capturar lo efímero, lo cotidiano, el amor, el deseo, y mucho, mucho que el olvido nos permite privilegiar y, en contra parte, recordar a cada momento.

lunes, 11 de noviembre de 2019

I ask the impossible: antología poética de Ana Castillo


A la autora chicana Ana Castillo la conocí con la antología My father was a Toltec (2004, http://literaturaexperienciaviva.blogspot.com/2012/05/una-aproximacion-la-poesia-chicana-my.html) ya reseñada en este espacio, y cuando tengo oportunidad de encontrarme uno de sus textos, lo adquiero.

Y es que Ana Castillo es de esas autoras que es muy difícil de encontrar en México, pero el acceso a librerías especializadas e incluso “de saldos” en Estados Unidos podemos encontrar (claro, siempre estará la opción en línea)

Lo cierto es que la antología I ask the imposible (2001, Anchor Books) logra combinar los temas del amor, la pertenencia, la familia, la solidaridad, los recuerdos, la religión, la frontera, la mujer, los límites autoimpuestos, entre otros. Temas tan comunes como empáticos en las personas de todas las edades, aunque a veces ellos mismos no lo sepan. Y a la vez, con una carga política muy fuerte y una denuncia que permite ubicar su fuerza en la sociedad.


Los 66 poemas de esta antología de poemas, se presentan con un epígrafe y una introducción de la autora, donde recapitula el proceso creativo de poco más de una década que llevó la recopilación de estos poemas.

Abre el libro con el poema homónimo al libro:
I ask the impossible: love me forever.
Love me when all desire is gone. (…)
Love me when you’re bored—
When every woman you see is more beautiful than the last,
Or more pathetic, love me as you always have:
Not as admirer or judge, but with
The compassion you save for yourself
in your solitude. (3)

Esa petición, que puede parecer imposible, es todo lo que un gran amor pide de otro.

La literatura chicana, en sus diferentes formas, aprovecha la oportunidad del bilingüismo para usar palabras en español o en inglés a medida que se quiere reforzar una idea o un sentimiento en particular.

Por ejemplo, el segundo poema de la antología se llama El chicle (4):
Mi’jo and I were laughing
ha, ha, ha –
when the gum he chewed
fell out of his mouth
whish, after I clipped it,
flew in the air,
on the back
of a dragonfly
that dipped in the creek
and was snapped
fast by a turtle
that reached high
and swam deep. (…)

¿Poesía cotidiana? ¡Claro! De eso también hay poesía. He ahí la magia de lo lírico: de las cosas cotidianas se disparan temas tan profundos como el amor de una madre o las casualidades de la vida.

La antología retoma la prohibición de perros mexicanos, medicina de aves acuáticas, lo real y lo imaginario, el pasado indígena, el fin, los recursos.

En A small scorpion, el artrópodo detona la sensualidad y la posesión de un ser amado, y la pérdida irrelevante cuando éste se marcha, como el escorpión que ataca, pero no mata, y ambos simplemente se marchan.

Never again a Mexico withous us cita a la Comandante Ramona, líder Zapatista, durante el poema en diversas frases ponderosas “Take care of the rest, / the ones who carry wares to the market…” (23) o “I beg you / save their water / deliberately defiled / with animal feces (…)” (23) Con ello detona una profunda reflexión sobre los pueblos nativos que han sufrido a lo largo de los siglos por pueblos invasores. Y su final es un grito al vacío: ““I’ve broken silence, / picked up arms, / laid them down / for a Little justice, / a little justice. / “What more can we do?”” / La Comandante asked, / before she went silent again.” (25)

Otro poema destacado es 1999 que retoma el fin de siglo para recopilar una enfermedad que se sufre, nuestra ceguera ante las cosas de la vida, sobre la televisión o la radio, aquello que nos hace felices o nuestro estatus político, y en sí los miedos que nos somos capaces de enfrentar.

Lo que vive en América al ser mujer, extranjero, de tez diferente, o de diferente pensamiento político, comparando ciudades norteamericanas con Guatemala queda plasmado en "Like the people of Guatemala. I want to be free of these memories…”

El español hace su aparición en todo el poema ¿De quién es la paz?
“¿De quién es la paz?
Sino de un puñado de hombres
que firman tratos de negocios. El
que ganará más
y él que se tiene que
conformar con menos.
(…)
Para un pueblo caído
la paz
es una nube gris en el cielo.
Y yo, escribo estas cuantas
palabras
en la tierra
antes de que se me olvide
que la tristeza no lo es todo.” (47-48)

Destacan también Dear Pope: Open letter from the Americas, Recipies ofr a welfare mother, Cabrona con corazón / Goat woman y Y ¿dónde se encuentra Dios?.

Día de muertos nos hace una reflexión muy sencilla: los muertos hacen lo mismo que nosotros, pues comen, toman, actúa como una persona viva. Una forma de recuperar la cercanía de la muerte con la vida cotidiana de los mexicanos.

El cambio de edad y lo que conlleva se retrata en For my chilf who became a man in his thirteenth year. Y recuperar los recuerdos se vuelve importante en “A Little prayer fot the tres”.

Destaca también Peel my love like an onion:
“Peel my love like an onion,
one transparent layer follows the next,
an infinity of desire.
I breath your skin
and a vapor of memory arises,
tears my orifices raw
with the many smells of you. “ (88)

Estamos ante un gran texto que en 121 páginas nos hace pensar, reír, llorar, extrañar, construir nuevas ideas y valor lo que tenemos y lo extrañamos.

lunes, 28 de octubre de 2019

La quinta ola: trilogía sobre un futuro desolador


En el 2013, el escritor norteamericano Rick Yancey, publica La quinta ola (2016, Molino-Océano Travesía) una obra enfocada al público juvenil donde plantea un futuro desolador producto de una invasión extraterreste.

La historia se centra en la preparatoria Cassie, quien como muchos jóvenes de su época estaba más preocupada en tener un buen cabello y atraer a su chico ideal que en posibles invasiones alienígenas.

Con esta tonalidad, Yancey crea personajes juveniles tan comunes como aquellos que vemos en un centro comercial o en el cine en los fines de semana, o aquellos dispuestos a hacer travesuras para llamar la atención o jugar arduamente un deporte para ser de los chicos populares.

El éxito de la historia fue tal que siguieron dos secuelas en versión impresa y un filme que retrata el libro uno.

En la primera entrega, como mencionábamos anteriormente, Cassie descubre un buen día que su mamá está enferma, su papá y su hermanito no saben bien qué tiene, pero estar juntos le abre una esperanza. Llevan semanas aislados de los vecinos, escasea la comida y la violencia se apodera de las calles. Es el ambiente que ha provocado un apagón de aparatos electromagnéticos, la tierra y las aguas reclaman su espacio, la plaga que ataca a los humanos e incluso la muerte sistemática de muchos…

Dividida en partes y a su vez en capítulos, el narrador omnisciente permite tener dos historias paralelas: Cassie, su sentimiento de soledad como la última humana en la Tierra, en busca del hermanito que ha perdido, y del recuerdo del padre que ha sido asesinado por aquellos que debieran cuidarle. Y la de “Zombie”, un personaje de la misma edad de Cassie, que sobrevive a la tragedia familiar y se convierte en el jefe de un pelotón entre juvenil e infantil entrenado para matar a los invasores.

Y es que en este mundo que vive un apocalipsis, los adultos han sido prácticamente borrados del planeta, quedan unos pocos, a cargo de las fuerzas militares juveniles, que tienen automóviles y armas que deberías no servir.
Con la importancia del amor juvenil, el saberse presentable e incluso de buen humor, los personajes se enfrentan a las situaciones extremas: amar y continuar en lo cotidiano, sobrevivir y empuñar un arma.

La primera entrega planeta la situación de este mundo que les ha tocado vivir y cierra con un asombroso ataca a una instalación militar, mientras los diversos personajes se reencuentran; son los mismos, pero en sí ya no son los mismos.

En la segunda parte, El mar infinito (2014) el narrador abre diversas historias: por un lado, la historia de Cassie y de Zombie se convierten en una, pero da voz a Evan Malker, misterioso granjero que encuentra a la protagonista y que guarda un secreto insospechado; también la visión del hermanito de Cassie, u otros integrantes de la tropa original de Zombie: Hacha, Dumbo.

Se mantiene la visión narrativa del narrador omnisciente que a través de los personajes-narradores complementa la historia de los protagonistas; a medida que “amplía” el mundo actual de los jóvenes.

Ahora, éstos huyen de un grupo de extraterrestres que han sabido cómo vivir en cuerpos humanos, a medida que preparan “la quinta ola”, o la serie de ataques finales que manipularan aquello que nos hace más humanos, precisamente para destruirnos.

Aquí, el mar infinito puede ser la esperanza, las estrellas, las posibilidades de lograr sobrevivir cuando todo parece en contra. El amor, la solidad, la fidelidad, se enfrentarán a decisiones clave sobre qué pensar y aquello que representa la realidad identificada por la máquina “el país de las maravillas”.

Los personajes identifican el plan para acabar con la humanidad y saben cómo enfrentarlo, a medida que buscan sobrevivir a un hotel lleno de ratas y a una “silenciadora” que los ha detectado.


En el cierre de la trilogía, La última estrella (2016), retoma un capítulo de la segunda parte, para expandir el plan de sobrevivencia: aquellos que han quedado con vida después de ataques sorpresa y los últimos recursos extraterrestres para erradicarlos.

Con el apoyo de nuevos aliados, el puñado de adolescentes y niños buscarán detener la quinta ola, y hacer lo único que aquellos no han previsto: abordar la nave nodriza, el epicentro de la invasión, para atacarlos de raíz.

El amor, la solidaridad, la esperanza, el odio, la desconfianza, incluso la fidelidad y el reparar errores del pasado, vuelven a ser vivencias y sentimientos que viven los personajes.

Los niños ya no lo son, y los adolescentes tampoco; ahora son personas que saben el valor de enfrentar los miedos, la necesidad de confiar en el otro hasta la vida misma, la nostalgia de preocuparse únicamente por tener la blusa de moda o ser el centro de atención de la escuela.

De nuevo con la división de partes y capítulos de variedad diversa, los personajes continúan huyendo hacia un lugar donde haya más esperanza, mientras retoman aquello que en realidad nos hace humanos y nos permitirá enfrentar a los invasores: el amor, lo único impredecible que tenemos.

La reflexión de los invasores ha hecho entender que somos una especie que comete los mismos errores una y otra vez. Uno de ellos, aparentemente un traidor, la superado una programación imbatible, y debe volver a la nave para saber el porqué. La clave de la sobrevivencia alienígena depende de ello.

Mostrando a súper hombres, los diálogos y las descripciones vuelven a construir este mundo donde parece que se ha perdido todo, donde los invasores han logrado prácticamente desaparecer la humanidad, y donde solo queda seguir la última estrella.

Una trilogía con ritmo narrativo lento, personajes que van de lo unidimensional a cierta evolución, con un lenguaje común, y la visión juvenil de qué sucedería si ellos son los únicos que quedan en la faz de la Tierra.

lunes, 14 de octubre de 2019

Bidi Bidi Bom Bom: 15 visiones de Selena


Hay artistas que marcan una época, ya sea por su estilo innovador o por su visión del mundo, también aquellos que logran ganarse el corazón popular y eso les lleva a otra dimensión: la de ser querido y añorados en su ausencia.

Uno de estos artistas es vital en la música popular y en las leyendas urbanas: Selena. Dueña de una voz singular, con talento, con una visión del gusto popular, ella supo reinventar el género de la cumbia y dejar una huella en la cultura tex-mex.

En este contexto, y a 25 años de su ausencia, Nora de la Cruz es la anfitriona de la antología Diez y cinco writers en torno a Selena: Diez y cinco writers en torno a Selena (2019, Editorial Paraíso Perdido)

¿Cómo llegó este libro a casa? De esas veces en que la Feria del Libro nos abre posibilidades diferentes a un precio sumamente accesible. Y valió la pena. La edición en morado –uno de los colores característicos de la cantante- acompaña cada uno de los textos con dibujos o imágenes sobre los cuentos o los contenidos.
Con la perspectiva de las vivencias, experiencias o visiones de Selena, los autores nos deleitan con sus historias: Alma Columba, Mariana Orantes, Iveth Luna, Daniel Espartaco Sánchez, Rogelio Flores María Quiroga Benavides, Daniela Armijo, Juan Pablo Torres, Gabriela Torres Olivares, Mariana Roa Oliva, Raúl Aníbal Sánchez, Ana Cara Muro, Maricela Guerrero, Minerva Reynosa y Odette Alonso. De orígenes y letras diferentes, todos con la característica de retomar a esta leyenda moderna para plasmarla en sus visiones.

El prólogo de Nora de la Cruz retoma una famosa en el concierto del Astro Dome: “¡Oye, Houston, México!” (7) Y es que las canciones lograban entrar a los corazones mexicanos y texanos de igual manera. Para ella no había fronteras ni límites, solo la idea de cantar y bailar al ritmo de la cumbia.
Los capítulos se dividen en dos partes temáticas: setlist y encore. La primera habla de canciones en particular como la carcacha y la techno-cumbia; y lo mismo habla de Selena que de las lentejuelas, el canto, Kurt Cobain, Mister Cool, el Woodtock chihuahuense, los vampiros, las paredes invisibles y los cuartos de un lugar común. En Encore, Como la flor, los dulces 16 o el último baile, todo conforma un pretexto para dar cierre a una parte de la vida.

Algunas veces con humor, otras con nostalgia, las muchas con ritmo, los autores logran construir un contexto social e histórico, que puede lo mismo ponerte a bailar o a sentir ese asombro de quienes vieron en vivo las imágenes de una persona cercana a Selena en su automóvil, rodeada de policías y cámaras de televisión.

El título, para los enterados, recuerda una entrevista de Cristina con la reina del tex-mex, cuando le preguntan una cifra y ella, con tal de mantener su imagen de mexicana-texana y cercana al pueblo, contesta con el famoso "diez y cuatro..."

La antología tiene una diversidad total, que hacen un buen texto para revivir momentos, sentir situaciones personales, revivir a una ídola o bailar al ritmo de la techno-cumbia.

lunes, 30 de septiembre de 2019

¿Qué nos queda?: Domingo de Revolución


Comento un texto que te atrapa desde las primeras letras. Después de la dedicatoria y un epígrafe, la autora arranca con frase totalizadora “¿Cómo contar todo esto sin ensuciar mis páginas?” (11) Así arranca la historia de Domingo de Revolución (2016, Anagrama) de Wendy Guerra.

Con capítulos de diversa extensión Guerra nos narra la historia de Cleo, una joven poeta que vive en La Habana, en la capital de un Estado que ha dado mucho por su pueblo, pero que parece detenida en el tiempo. Sus habitantes buscan sobrevivir en este espacio, donde algunas veces hay música y comida, otras sobre tristeza, añoranza, persecución.

Y es que propio de los vecinos es estar al pendiente de lo que pasa a un lado, enfrente, debajo de un departamento; pero también de lo que piensan y –sobre todo-de lo que hace el otro. Eso lleva a las famosas denuncias por estar en contra del régimen, o tomar nota de todas las acciones que uno hace, disidente o no.

Resulta que Cleo es una afamada poeta. Continuamente impresa y reseñada. Todo fuera de Cuba. Adentro de la isla es desconocida, nunca se ha publicado, ignorada por los círculos oficiales, sin lectores entre vecinos y académicos cubanos.

Un día, un viajo amigo la contacta. Él sí tiene acceso a los círculos literarios y creativos de la isla. Eso le permite tener un acceso a un ambiente desconocido para ella. ¿Qué le pide a cambio? 
Participar en una serie de entrevistas de nutrirán un documental sobre su padre. Solo hay un detalle, ella desconoce su pasado político. Al menos el padre que la crío. Este revela que sus domingos por la Habana no han sido con su padre biológico, y su madre no le reveló algún secreto antes de morir. “Tengo mucha avidez de compartir con alguien, sobre todo con alguien a quien no tenga que explicarle qué ha pasado conmigo en estos últimos dos años.” (58) Este sentir de la protagonista será un letimotiv en la novela. La búsqueda de su pasado será la búsqueda de su propio ser.

Durante el texto, la autora nos invita a visitar algunos rincones de La Habana, desde las viejas casonas convertidas en edificios de departamentos, hasta hoteles nuevos –donde el cubano de a pie tiene prohibido entrar-, y los grandes espacios revolucionarios. En ello, se da cuenta del paso del tiempo, en los colores, en los detalles, en las ruinas. “Poco a poco siento cómo Cuba se desprende de mi cuerpo, mi alma intenta sostener la tierra, pero ella me abandona, se despega de mí, ya estoy en el aire, pierdo la respiración, me ahogo, me disemino poco a poco, me vuelvo agua y sal.” (215)
Y es que Guerra retrata en forma magistral ese sentimiento de muchos cubanos en el exilio: “Sin Suba no existo.” (215) pero a la vez la contrasta con la conclusión de un grupo más grande de personas: “Yo soy mi isla.” (215)

La novela, a mi gusto contada a un lento ritmo de danzón, va desarrollando los personajes, a veces los enfrenta al desamor, otras al festejo públicos, algunas a la persecución, otras a la soledad que sentirse perseguido origina.

El texto está acompañado de amplias referencias culturales y artísticas, que hacen un gran intertexto de la vida contemporánea en la isla. Además, se incluyes diversos poemas de Claro, donde sobre sale:
“EXCESO DE EQUIPAJE.
Si me dejaran llevar todo lo que extraño
Si me dejaran cargar la isla y el milagro
No tendría adónde regresar.
No volvería a mí
No a tus recuerdos.” (216)

Una extraordinaria novela para adentrarse es el último gran espacio comunista de América, mientras nos enfundamos en la nostalgia de lo perdido, pero nunca olvidado.


lunes, 16 de septiembre de 2019

My sister, the serial killer: riéndose de la muerte


Hacía mucho tiempo que no tenía oportunidad de pasear por una librería en Estados Unidos, y otro más que optaba por comprar un libro de autor completamente desconocido.

Pero, animado por la novedad, la mesa de novedades en oferta y lo atractivo de la anécdota, me decidí por leer My sister, the serial killer de Oyinkam Braithwaite (2019, Anchor Books) Y el resultado fue genial. 


Nacida en Lagos pero criada en diferentes ciudades de Inglaterra y del propio Nigeria, la autora construye si bien un relato de misterio, una comida negra, ácida, tan humana como la poca o mucha importancia que se le da a la muerte, o más bien, a la muerte serial.

La anécdota es sencilla: Korede y Ayoola son hermanas, viven en la época actual en una urbe cosmopolita, donde sus padres las han consentido, cada quién, a su manera. La primera trabaja en un hospital, la segunda… viaja por el mundo y tiene muchas parejas. Korede siempre ha sido la callada y trabajadora, Ayoola la social por excelente y, en especial, la más hermosa de las dos (según su hermana)

Padre y madre, que dicen querer a ambas por igual, consienten de sobre manera a Ayolaa, ante el silencio e inacción de su hermana. ¿Por qué? Sabe que es hermosa y por ello tiene otras oportunidad.
Lo que se plantearía como un drama toma un giro inesperado: Ayoola llega un día y le dice a su hermana que el novio a muerto. Pero, nos enteramos en la novela, no es la primera vez que esto sucede.

La aparente normalidad de la muerte de varias parejas, viene acompañada de moda y frialdad, que llevan a Ayoola a buscar a otro hombre. Hasta que conoce a un compañero de Korede.

Con un humor ligero, diálogos cortos e intensos, capítulos cortos a manera de viñetas, un lenguaje accesible y personajes trazados con sencillez, Braithwaite construye una novela que nos hace reír y preguntarnos ¿esta actitud qué tan normal es?

Los enfrentamientos entre hermanas se acompañan de un poderoso narrador, que va entretejiendo los asesinatos, la manipulación de la policía, los conocimientos aplicados para deshacerse de los cuerpos, y todo sin perder la figura, y tal vez el trabajo.

Excelente novela, fresca, ágil, que en un par de días nos permiten conocer a la hermana que es asesina serial y, claro, a su posible cómplice.

lunes, 2 de septiembre de 2019

Sidi: un relato de frontera


La leyenda del Cid Campeador es por todos conocida. La leyenda de Rodrigo Díaz de Vivar ha llenado relatos anónimos desde la edad media, inspirado películas, y claro, novelas y cuentos de diversos autores, ibéricos y de otros continentes.

Si bien la leyenda tiene muchos tintes reales, se considera que sí existió un personaje de esta naturaleza, que lo mismo convivía con reyes que con soldados, que fue desterrado y obligado de dejar su tierra, y que finalmente es reivindicado.


Arturo Pérez-Reverte en su genialidad narrativa, toma un momento clave en la vida del Cid para tener un relato de frontera: SIDI (2019, Alfaguara)

Sidi, expresión árabe para “mi señor”, explora los años donde Rodrigo cae de la gracia de uno de los reyes castellanos y con un puñado de fieles seguidores se lanza a vivir de sus espadas y conocimientos guerreros.

Lo que hoy es España es en ese entonces un conjunto aislado de ciudades poderosas, de reyes enemistados por un simple trato personal, y en especial, de casas reales que pretenden imponerse a otras, todo con o sin apoyo de la Iglesia Católica, que de una u otra manera busca expulsar a los señores árabes arraigados en la zona sur de la península ibérica. Llevaban siglos ahí y todavía les tomaría otros 400 años en lograr expulsaros del territorio.

Mientras tanto, las alianzas y las guerras entre los diversos reinos será el momento perfecto para que SIDI busque a unos u a otros.

El respeto, según la novela y su valor intrínseco, hacen de este soldado un poderoso enemigo o aliado, según lo que el oro permita comprar. Pero el respeto no solo era cristiano, también musulmán: renegado por los españoles, será con los moros donde logre alquilar su espada y buscar botines y territorios, claro, con un porcentaje para el empleador y otro para el rey, su rey, aunque lo haya negado.

Y los musulmanes logran conocerlo: profundo conocedor del Corán, de las costumbres y las maneras, hará que unos y otros le mantengan el respeto y los inspire a pelear lado a lado. Aplicar la ley no será sencillo, pero cumpliendo en ambos bandos donde será ideal.

Con momentos de guerra, de espionaje y estrategia en el campo, SIDI retrata las personalidades vanidosas de los reyes, la figura de la mujer en una y en otra cultural, el valor de la lealtad y el estar dispuestos a morir cada día, y con ello llevar el nombre del rey o del dios muy en alto.

Un relato con abundantes diálogos, cargado de historia y de descripciones de territorios inhóspitos, lleno de frases identificables y con personajes que, poco a poco, lo mismo pulen la espada que logran proezas en el campo de batalla. Lleno de modismos de la época y de momentos que ponen a prueba lo mismo la fidelidad al rey que a la espada amiga.

Y es que aquí la frontera será algo más que una línea dispuesta a cambiar al guerrero más fuerte o al negociador más hábil, será también el límite entre lo permitido y lo prohibido, entre el amor y el placer, entre la fidelidad y el oportunismo, entre la valentía y lo cobardía, entre el respeto y el temor, la entrega y lo correcto… fronteras que a veces podemos ver y otras solo las podemos sentir.

Excelente relato a tono histórico, que lo mismo nos permite conocer las religiones como el pasado que hizo de España una nación tan variada como rica culturalmente.

Ejemplo de narrativa de su autor que nos deleita con este personaje histórico, de leyenda, en una dimensión tan humana como actual.


lunes, 26 de agosto de 2019

La esclavitud y la libertad: El ferrocarril subterráneo


Colson Whitehead ganó el Pulitzer 2017 en ficción con el relato El ferrocarril subterráneo (2017, Literatura Random House)

Esta novela parte el punto histórico en Estados Unidos, donde los estados algodoneros del sur mantenían la esclavitud como una de las formas básicas de organización social y económica, donde la compra-venta de la gente de color, su explotación laboral y su trato poco humano llevaron a extremos de supervivencia y maltrato.

Según la historia, existía una serie de personas y puntos “seguros”, donde los esclavos podían huir hacia los estados del norte, ya sea utilizando trenes, estaciones, casas y otros lugares seguros, otra gente de color –libertos por decreto o por nacimiento- e incluso blancos, ayudaban a transportar y mover cuando fuese seguros. Códigos secretos, planeaciones, avisos orales, todo se valía para lograr movilizar a estas personas.

Con este fondo, Whitehead centra la historia en Cora, hija y nieta de esclavos, que en medio de la pobreza y maltrato conoce a un esclavo que le plantea lo imposible: huir hacia el norte. Luego de una serie de sucesos donde se detalla la vida en la plantación, las privaciones que vivían, el “unirse” a otro esclavo para procrear, el comercio con los hijos, los castigos ejemplares y demás, la protagonista decide fugarse y comenzar una nueva vida.

Ahí comienza la aventura, y cómo un grupo de personas se decida a “cazar” a la gente de color que huye de los estados del sur, leyes diversas que en el centro y norte de Estados Unidos obligan a no ayudar y entregar a los fugitivos, así como las personalidades que evocan el ferrocarril subterráneo.

Explora también el odio que podía generar un fugitivo en las poblaciones blancas y cómo un cómplice podía perder la vida en una ejecución pública por el simple hecho de alojar una noche a uno de ellos.

Cruda, explícita, con un lenguaje profundo, realista, con diálogos precisos y una serie de descripciones que logran construir las postales de los paisajes y pasadizos, la novela se convierte en una visión histórica que, lamentablemente, puede ser muy actual: cómo se puede odiar al otro simplemente por el color de su piel.

La exploración de la solidaridad en la adversidad, el compromiso y la responsabilidad ante el otro que carece de todo, el amor en medio de la violencia y el simple juego del odio – valentía, logran construir personajes arrancados de la realidad y dispuestos a todo, tanto para huir como para cazar a la presa.

Una excelente novela con un narrador omnisciente, grandes y pequeños espacios, así como una amalgama de personajes, hacen de esta novela una revisión de la historia que no debería volver a suceder.

lunes, 12 de agosto de 2019

Una novela trepidante: Caracol Beach


Caracol Beach de Eliseo Alberto compartió con Margarita, está linda la mar de Sergio Ramírez el Premio Alfaguara de Novela 1998. Una de origen cubano, otra nicaragüense, representaron la restauración del premio y la mirada ibérica hacia la novela latinoamericana contemporánea.

Cada una con su “sello” propio, la aproximación hacia la mirada humana de la historia, o la historia de una mirada humana, se fundirán en las páginas de los textos.

Caracol Beach es en pocas palabras, una excelente novela. Arranca con un par de epígrafes, uno sobre la muerte, otro sobre el día del fin del mundo, que dan el arranque de la anécdota de la novela: una persona decida salir y buscar su muerte.

Después de eso, la edición de Punto de lectura (2001) anexa una advertencia y dedicatoria: el texto surgió durante un taller de novela convocado por Gabriel García Márquez y asistido por el autor. De ahí, tiempo después, rescata la historia y la convierte en una novela contemporánea.

Para completar la anécdota de la historia, la persona que decide salir y buscar la muerte es un soldado retirado, que peleó una de esas guerras aparentemente sin sentido de los cubanos en la lejana África; mientras un grupo de jóvenes que se gradúan quieren únicamente divertirse, pasar una noche de locura, en medio de una de las playas más exclusivas de su localidad.

En historias paralelas contadas con maestría, los jóvenes narran cómo llegan a una fiesta y de pronto se dan cuenta que no hay cerveza; el joven soldado retirado está, en formato de cazador, buscando presas; mientras tanto, los flashbacks abundan: cómo ese soldado ha vivido uno de los llamados “infiernos” en la tierra, donde al agua, el lodo, los mosquitos y la selva lo envuelven todo.

Una acción detonante provoca la repatriación del soldado y otro acto detona su locura: los límites de lo humano se alcanzan y la única manera de sobrevivir es atacar. Giros inesperados, situaciones extremas, un corto tiempo real y uno amplio histórico, esto va construyendo el texto.

A un buen ritmo trepidante una noche, descripciones abundantes, un narrador omnisciente y una gama de personajes arrancados de la realidad, el autor va entretejiendo los vasos comunicantes hasta terminar en un viejo deshuesadero, en un rescate sin sentido.

El texto se acompaña con un epílogo propio de la obra, y dos importantes anexos: una especie de biografía de los personajes principales y una cronología de los hechos.

Un excelente texto para conocer al autor y reconocer los límites de la sanidad humana y la búsqueda incansable de la paz interior.