sábado, 27 de agosto de 2011

Una aproximación cultural "a los quinces"

La escritora dominicana radicada en Estados Unidos, Juliz Álvarez, ha compartido diversas historias de ficción como En el tiempo de las mariposas y Cuando la Tía Julia llegó de visita/para quedarse.

Galardonada también por su poesía, ha escrito diversos ensayos y ahora nos entrega una historia singular. Entre la investigación periodística, la observación participante y ligeros toques nostálgicos de tono autobiográfico, la autora nos presenta Once upon a Quinceañera.

La revisión de la autora arranca en los preparativos de Mónica -nombre ficcional- de una quincieñera real en los Estados Unidos, viendo la prueba del vestido, el salón de belleza, el maquillaje, el automóvil de lujo, la corte, el pastel y un largo etcétera para revisar esta tradicional fiesta, pero ahora desde la mirada norteamericana.

Y es que la fiesta de los quinceaños, llamada los Quinces, se entiende como una tradición mexicana y cubana, que permeó en una buena parte de la cultura caribeña. Ahora, esta tradición ha evolucionado en la Tierra de los sueños, pues quienes nunca la tuvieron ahora pueden hasta hipotecar una casa con tal tener una fiesta digna. Pues ahora, no solo tener una casa o un automóvil son muestra de la bonanza económica en Estados Unidos, el Quince debe ser espectacular.

La autora, con esta finalidad, se lanza a la caza de testimonios por diversas ciudades de Estados Unidos, para conocer qué se estila en la nueva tierra, cómo ahora es más importante una limosina Hummer que una misa.

Y es que el comercializamo y el espectáculo han hecho que estos eventos sociales de "presentación" se conviertan en una competencia; y desde los orgnaizadores de fiestas hasta los grandes "padrinos" buscan lo mejor, aunque eso represente deudas por varios años.

En contraparte, la fiesta ha ido de presentar a la niña que se convierte en un mujer, a una especie de "presentacón" a la vida sexual y libertina: quienen tienen su 15 años intivan al año siguiente a los baby-showers.

Entre historia e historia, la autora revisa su propia vida como migrante de la República Dominicana a Nueva York, su propia liberación sexual y sus diversos matrimonios, mientras explora las relaciones con sus padres y el choque cultural que ha representado la migración.

Poco a poco, conocemos los detalles buenos y los malos de los Quinces, siempre con un poco de humor, siempre con un poco de ironía.

Un ensayo narrativo que entretiene, pero que a la vez nos lleva a un estudio sociológico de las diversas características de la fiesta, y además, un repaso obligado de las culturas latinas en la Tierra de las oportunidades.

Después de todo, érase una vez en unos quinces...