Hay artistas que marcan una época, ya sea por su estilo
innovador o por su visión del mundo, también aquellos que logran ganarse el corazón
popular y eso les lleva a otra dimensión: la de ser querido y añorados en su
ausencia.
Uno de estos artistas es vital en la música popular y en las
leyendas urbanas: Selena. Dueña de una voz singular, con talento, con una
visión del gusto popular, ella supo reinventar el género de la cumbia y dejar
una huella en la cultura tex-mex.
En este contexto, y a 25 años de su ausencia, Nora de la
Cruz es la anfitriona de la antología Diez y cinco writers en torno a Selena:
Diez y cinco writers en torno a Selena (2019, Editorial Paraíso Perdido)
¿Cómo llegó este libro a casa? De esas veces en que la Feria
del Libro nos abre posibilidades diferentes a un precio sumamente accesible. Y
valió la pena. La edición en morado –uno de los colores característicos de la
cantante- acompaña cada uno de los textos con dibujos o imágenes sobre los
cuentos o los contenidos.
Con la perspectiva de las vivencias, experiencias o visiones
de Selena, los autores nos deleitan con sus historias: Alma Columba, Mariana
Orantes, Iveth Luna, Daniel Espartaco Sánchez, Rogelio Flores María Quiroga
Benavides, Daniela Armijo, Juan Pablo Torres, Gabriela Torres Olivares, Mariana
Roa Oliva, Raúl Aníbal Sánchez, Ana Cara Muro, Maricela Guerrero, Minerva
Reynosa y Odette Alonso. De orígenes y letras diferentes, todos con la
característica de retomar a esta leyenda moderna para plasmarla en sus
visiones.
El prólogo de Nora de la Cruz retoma una famosa en el
concierto del Astro Dome: “¡Oye, Houston, México!” (7) Y es que las canciones
lograban entrar a los corazones mexicanos y texanos de igual manera. Para ella
no había fronteras ni límites, solo la idea de cantar y bailar al ritmo de la
cumbia.
Los capítulos se dividen en dos partes temáticas: setlist y
encore. La primera habla de canciones en particular como la carcacha y la
techno-cumbia; y lo mismo habla de Selena que de las lentejuelas, el canto,
Kurt Cobain, Mister Cool, el Woodtock chihuahuense, los vampiros, las paredes
invisibles y los cuartos de un lugar común. En Encore, Como la flor, los dulces
16 o el último baile, todo conforma un pretexto para dar cierre a una parte de
la vida.
Algunas veces con humor, otras con nostalgia, las muchas con
ritmo, los autores logran construir un contexto social e histórico, que puede lo
mismo ponerte a bailar o a sentir ese asombro de quienes vieron en vivo las
imágenes de una persona cercana a Selena en su automóvil, rodeada de policías y
cámaras de televisión.
El título, para los enterados, recuerda una entrevista de Cristina con la reina del tex-mex, cuando le preguntan una cifra y ella, con tal de mantener su imagen de mexicana-texana y cercana al pueblo, contesta con el famoso "diez y cuatro..."
La antología tiene una diversidad total, que hacen un buen
texto para revivir momentos, sentir situaciones personales, revivir a una ídola
o bailar al ritmo de la techno-cumbia.
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