Jesús Amaya
Guerra y Evelyn Prado Maillard son conocidos por sus reflexiones sobre las
generaciones actuales tanto de padres y de hijos... desde los tiranos hasta los
obedientes.
Una de sus entregas mas recientes se llama Padres ausentes, hijos desconectados y vacíos: Patologías del siglo XXI.
La obra
combina los resultados de diversas investigaciones en el mundo, Estados Unidos
y México, así como investigaciones propias de los autores, para mostrarnos los
fenómenos actuales de nuestro mundo: la aparente maduración exprés que tienen
los niños y la falta de maduración de los padres de familia. Aquellos que
vienen de una rigurosidad en la educación buscan ser mas flexibles con sus
hijos, y esta situación ha provocado llenar de regalos a los hijos, quienes
desconocen el valor del esfuerzo y del sacrificio medido.
Plantean en el
texto cuatro grandes epidemias familiares del milenio: Hijos desconectados
(provocada por la tecnología que los padres ofrecemos: juegos y conexiones
múltiples en el carro, en la casa, en el súper, en cualquier lugar); Hijos
vacíos (se creen capaces de todo y solo buscan su beneficio); Hijos inútiles y
viviendo en la abundancia (reciben premios y regalos todo el tiempo con el
mínimo esfuerzo o con grandes chantajes, desconocen la planeación y el
sacrificio); Adicciones (resultado del contexto social en el que los padres
mismos viven, siendo el alcohol, la drogas reguladas o las ilegales).
Ante estas epidemias,
se presentan habilidades para sobrevivir: oportunidades para convivir mejor en
familia, ser mas duros como padres para realmente educar directamente (y no
dejarlo en manos de personas de servicio o de las escuelas), aprender y enseñar
a esperar (que no todo sea exprés), incluso aprender a decir ¡No!.
Con abundantes
referencias bibliográficas y un lenguaje comprensible para todos, el texto
también aborda las problemáticas de los hombres fracasados ante el éxito
femenino, o las mujeres exitosas que enfrentan retos en l personal, así como
aprender a ser responsables como padres de familia y ejercerla en forma firme.
El libro es de
fácil lectura y de una amplia reflexión: que dejemos de ser padres
desconectados y que realmente busquemos conexiones con nuestros hijos en
tiempos donde la tecnología nos acerca y nos aleja a la vez.
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