martes, 28 de abril de 2015

El arte, la cultura, la pasión del toreo: Diálogo con Navegante



De esas veces que ves un libro y dices… desde la portada es interesante. Además, con un tema que apasiona a tus papás… y una serie de autores que dices… hay que llevarlo. 

Así me sucedió con Diálogo con Navegante, uno de esos libros que quieres clasificar como ensayo, pero que es un documento entre periodístico y editorial sobre el toreo, o realmente es un discurso o un conjunto de reflexiones.

El libro de escasas 150 páginas en una edición elegante de pasta dura, forro, y hojas pequeñas de bolsillo, se convierte en un documento que realmente se puede disfrutar en todos los sentidos.

Lo firma José Tomás –el gran torero español- y Mario Vargas Llosa, el mismo del Nobel de Literatura 2010. También firman Carlos Loret de Mola, Luis Abril, Paco Aguado, Araceli Guillaume-Alonso, Agustín Morales Padilla, Natalia Radetich, Zabala de la Serna y Francois Zumbiehl. 

La anécdota inicial: José Tomás torea en la tradicional Feria Nacional de San Marcos en Aguascalientes, y después de varias faenas grandes, Navegante lo cornea a punto de perder la vida. Años después, después de su recuperación y vuelta a los ruedos, recibe un premio y pronuncia el discurso Navegante, dedicado a ese toro que casi le hace perder la vida. 

Vargas Llosa contesta con un exquisito texto: “Usted y yo no somos amigos ni enemigos. Pero, con un poco de esfuerzo y responsabilidad, podemos ser cómplices y aliados, indispensables el uno para el otro, como una pareja de bailarines, de actores o de músicos durante un bello espectáculo.” (35) que resulta ser el diálogo interior de Navegante frente a Tomás. 

Así comienza el desfile de voces que reflexionan sobre las verdades de la arena, los valores y el valor del toro, una apasionada defensa de este arte-expresión cultural-ejemplo de barbarie, la solidaridad como leitmotiv de las corridas de toros, incluso las visiones personas de esta polémica actividad humana. 

Lo cierto es que la riqueza de estas voces nos permite adentrarnos en la historia que comienza en el laberinto griego, pasa por la censura y el ataque, para terminar el seno de las culturas españolas y latinoamericanas.

 Como expresión cultural, el libro es una joya. Como presentación y reflexión del arte, también lo es. Y no deja de ser una profunda reflexión sobre el hombre y su enfrentamiento a la muerte. Como dice Vargas Llosa: Tiene usted razón, maestro de maestros. En las fintas y engaños de que está hecho el toreo, en ese juego de sombras chinas, de pases y desplantes, una verdad desnuda y central irrumpe con una fuerza cegadora: la gran paradoja de la condición humana, en la que la vida es inseparable de la muerte, en la que nada da más fuego, intensidad y pasión a la vida que la cercanía de la extinción, sobre todo cuando el espíritu humano, desafiándola, construye esa otra vida hecha de gracia, formas imperecedera e impalpable, vida que nos hace presentir la quimera de la eternidad.” (42)

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