Cualquier suicidio causa dolor en una familia y en
un grupo de amistades, pero si es de una joven de preparatoria, la situación es
aún más delicada.
En el tipo de texto de una novela juvenil por sus
capítulos breves, descripciones cortas, narrativa ágil, personajes unidimensionales
y un lenguaje accesible, plantea una situación ficticia que es francamente
real.
Jay Asher, autor estadounidense, logra en Th1rteen r3asons why (2007, Razor Bill) retratar la vida ficticia de Hannah, una joven que envía unos casetes a un grupo de personas, para indicarles que cada uno de ellos juega un determinado papel en su historia y en su decisión. Algunos creen saber por qué les ha llegado, otros lo ignoran, lo cierto es que al terminas los 6 y medio casetes, hay que pasarlos al siguiente.
Como recurso narrativo, Asher va nombrando los
lados del casete por número - lado y en cada uno se presenta una razón que
encamina a la otra.
Los abundantes diálogos y descripciones cortas
ayudan a la agilidad del texto, que con un lenguaje juvenil construyen las
vivencias de un grupo “normal” de jóvenes de preparatoria que se enfrentan a la
aceptación o al rechazo, al deporte o a las fiestas, a las miradas penetrantes
o la ignorancia total, a la sobre exposición o al señalamiento... todo lo que
es aparentemente normal, sin saber que puede lastimar o no al otro.
Uno de los destinatarios será el protagonista, Clay
que nos permite escuchar los casetes mientras la narradora de viva voz va
exponiendo sus razones para querer morir.
Para unos puede generar extrañeza
el tema, pero es una situación real como los jóvenes aquí retratados.
Una novela ágil, que busca crear
consciencia de nuestras acciones, de cómo nos relacionamos con los otros, así
como los límites y las necesidades nuestros jóvenes en nuestra sociedad.
El texto ya cumplió catorce años,
pero su mensaje está más vigente que nunca. Como si debieran existir cero
razones, y no trece, para caer en esta situación.
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