lunes, 30 de septiembre de 2013

Una profunda exploración de lo humano: Las reputaciones



Según la promoción del texto, Juan Gabriel Vásquez es una de las grandes voces de Colombia y América Latina. Con 4 novelas, ha obtenido el Premio Alfaguara (El ruido de las cosas al caer, 2011) y es un periodista comprometido, ganador en dos ocasiones del Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar. Traductor y ensayista, este multifacético personaje continua cosechando premios y presentando sus visiones de la actualidad. 

En Las reputaciones (2013) presenta una anécdota por demás sencilla: un caricaturista tendrá un homenaje a sus 40 años de vida artística; años en los que sus mordaces dibujos han llevado a la gloria y al ocaso a los políticos. “Nadie es alguien mientras no lo pinte Mallarino”, dice la novela. 

A partir de esta premiación, el reconocido llega a pie (como es su costumbre), se encuentra con su exesposa (con quien lleva una relación cordial) y va haciendo memoria de vida, muy al Ulises de Joyce. “Qué rara es la memoria, nos permite recordar lo que no hemos vivido.” (21) 

Esa noche le piden una entrevista para un blog (que dice desconocer) pero algo en la persona le invita a decir que sí. Eso llevará al persona a recobrar sus logros y sus miedos como perseguido, a la vez enfrentar algunos pasados y algunas reputaciones que ha preferido dejar en el olvido. Así, como una apuntada crítica a nuestros países, el protagonista se enfrenta a su primer anónimo amenazante, a lo cual su editor contesta “…felicitaciones, que ya estás donde tenías que estar. Que en este país sólo es alguien cuando alguien más quiere hacerte daño.” (36) 

Y al recobrar el pasado (y así a su hija, su esposa, sus amigos y sus principales dibujos) es enfrentarse a la memoria, hacer memoria. “… hacer memoria, como si la memoria fuera algo que fabricamos o pudiera conjurarse a partir de ciertos materiales bien escogidos, con la mera fuerza del trabajo físico. La memoria sería entonces como la figura que, escondida en el mármol, aguarda al escultor capaz de obligarla a salir, y cualquiera podría traerla a la vida si tuviera el talento y las herramientas, o por lo menos las herramientas y la terquedad.” (57-58)

Con un estilo directo, una lectura ágil, personajes ambiguos y diálogos precisos, Vásquez son enfrenta a los miedos y a la soberbia humana, mientras indaga en esas cuestiones políticas que nos caracterizan. “El olvido era lo único democrático en Colombia. Los cubría a todos, a los buenos y a los malos, a los asesinos y a los héroes, como la nieve en el cuento de Joyce, cayendo sobre todos por igual.” (114) 

En poco más de 100 páginas, la novela lograr recrear el pasado del protagonista, y desdibujar su futuro. “… el pasado es lo que está delante de nosotros, porque podemos verlo y conocerlo, y el futuro, en cambio, es lo que está detrás: lo que no vemos ni podemos conocer.” (126) 

Una excelente novela, que me ha invitado a tomar el lápiz subrayar, a terminar en 3 días el texto, a disfrutar, como hacía mucho no hacía, una sencilla anécdota, un excelente texto.

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