lunes, 26 de enero de 2015

Por un año de más lectores

La revolución del libro digital impacta. Las decenas de lectoras electrónicas apantallan a cualquiera. Ni se diga la capacidad de autopublicar libros digitales o simplemente de “piratear” alguna versión electrónica. No son crisis gratuitas. También hay libros físicos, que no se les olvide.

Lo cierto es que ni comprados ni regalados ni pirateados nuestro país está produciendo más lectores.

Mi esperanza son los niños. Mi esposa y yo decidimos ser los tíos-que-regalan-libros, y ni se diga en la casa: primero un libro, después un juguete. Cada diciembre vamos unos días a la ciudad donde viven mis papás, y mis hijas dicen al cabo de un par de días: Papá ¿cuándo vamos a la librería de dos pisos que nos gusta? Llevamos un punto ganado.

También se ha dado que tal amigo o comadre (con hijos ya mayores) nos dicen: de parte del sobrino/a que si conocen tal libro porque le gustaría leerlo. Por supuesto, acto seguido el libro es adquirido y regalado. Eso sí, siempre comprados.

Total que las ofertas navideñas, los regalos y la búsqueda de ofertas nos llevan a buscar nuevas opciones. Las tertulias en casas de amigos o las simples recomendaciones del periódico nos van dando nuevas opciones para leer.

Y aunque con más limitaciones, pero también hay más opciones de lugares dónde comprar un libro. Claro, con algunas limitaciones de ser best-sellers o aquellos que venden morbo en lugar de lectura. Pero bueno, con que se lea creo que estamos del otro lado.

Me asombra ver dos cosas: a) niños/as que realmente piden libros por autores o por una serie que les ha gustado, y b) las adaptaciones cinematográficas de buenos/regulares/populares libros que llevan a la gente a comprar un libro y salir con otros títulos más. No es promover el comercio, pero ya es una ganancia que le permite a esta industria sobre en las cuestas de enero.

Y a la vez, nos permite que nuestras comunidades y ciudades vayan generando más lectores. Personas que van ampliando su vocabulario, que se preguntan que pasa/pasaba en su comunidad hace 50 años o qué pasará dentro de otros 50, y que van sintiendo curiosidad por lo que pasa en otro continente, en otra cultura.

Definitivamente estamos ante el reto de no leer resúmenes para leer cuento, novela, teatro, poesía, narraciones o relatos periodísticos, lo importante es leer algo de principio a fin... y su vez "pay-it-forward"e invitar a leer.

Se va terminando enero, pero espero que uno de sus propósitos sea el de leer, leer cada vez más y compartir con el vecino, el amigo, el hijo o el hermano, con la esposa o la novia, un libro, un buen libro, un excelente libro.

La invitación es simple. A leer.

 

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