De esas veces que ves un libro y dices… desde la portada es
interesante. Además, con un tema que apasiona a tus papás… y una serie de
autores que dices… hay que llevarlo.
Así me sucedió con Diálogo con Navegante, uno de esos libros
que quieres clasificar como ensayo, pero que es un documento entre periodístico
y editorial sobre el toreo, o realmente es un discurso o un conjunto de
reflexiones.
El libro de escasas 150 páginas en una edición elegante de
pasta dura, forro, y hojas pequeñas de bolsillo, se convierte en un documento
que realmente se puede disfrutar en todos los sentidos.
Lo firma José Tomás –el gran torero español- y Mario Vargas
Llosa, el mismo del Nobel de Literatura 2010. También firman Carlos Loret de
Mola, Luis Abril, Paco Aguado, Araceli Guillaume-Alonso, Agustín Morales
Padilla, Natalia Radetich, Zabala de la Serna y Francois Zumbiehl.
La anécdota inicial: José Tomás torea en la tradicional
Feria Nacional de San Marcos en Aguascalientes, y después de varias faenas
grandes, Navegante lo cornea a punto de perder la vida. Años después, después
de su recuperación y vuelta a los ruedos, recibe un premio y pronuncia el
discurso Navegante, dedicado a ese toro que casi le hace perder la vida.
Vargas Llosa contesta con un exquisito texto: “Usted y yo no
somos amigos ni enemigos. Pero, con un poco de esfuerzo y responsabilidad,
podemos ser cómplices y aliados, indispensables el uno para el otro, como una
pareja de bailarines, de actores o de músicos durante un bello espectáculo.”
(35) que resulta ser el diálogo interior de Navegante frente a Tomás.
Así comienza el desfile de voces que reflexionan sobre las
verdades de la arena, los valores y el valor del toro, una apasionada defensa
de este arte-expresión cultural-ejemplo de barbarie, la solidaridad como
leitmotiv de las corridas de toros, incluso las visiones personas de esta
polémica actividad humana.
Lo cierto es que la riqueza de estas voces nos permite
adentrarnos en la historia que comienza en el laberinto griego, pasa por la
censura y el ataque, para terminar el seno de las culturas españolas y
latinoamericanas.
Como expresión
cultural, el libro es una joya. Como presentación y reflexión del arte, también
lo es. Y no deja de ser una profunda reflexión sobre el hombre y su
enfrentamiento a la muerte. Como dice Vargas Llosa: Tiene usted razón, maestro
de maestros. En las fintas y engaños de que está hecho el toreo, en ese juego
de sombras chinas, de pases y desplantes, una verdad desnuda y central irrumpe
con una fuerza cegadora: la gran paradoja de la condición humana, en la que la
vida es inseparable de la muerte, en la que nada da más fuego, intensidad y
pasión a la vida que la cercanía de la extinción, sobre todo cuando el espíritu
humano, desafiándola, construye esa otra vida hecha de gracia, formas
imperecedera e impalpable, vida que nos hace presentir la quimera de la
eternidad.” (42)