lunes, 8 de febrero de 2016

La idea de Europa, una visión que parece desvanecerse y una oportunidad para renacer



George Steiner es uno de los grandes filósofos europeos, y en el discurso La idea de Europa (2005) que ofreció en la Décima Conferencia del Nexus Institute, nos plantea la antigua idea de una unidad, una visión común, un sueño alcanzable.

Aunque el sueño continúa vigente una década después, parece cada vez más lejano, las guerra, las migraciones, los nacionalismos, las independencias, todo hace mermar este sueño. Como la quimera de bolívar, las fronteras se enfatizan y no se desvanecen.

En esta edición, Mario Vargas Llosa reflexiona en el prólogo sobre las diferencias continentales, y planeta que el pasado\futuro es una de las grandes diferencias: “la abrumadora presencia que el pasado tiene en la vida europea del presente, en tanto que en América se prefiere mirar al futuro que a los tiempos idos. En Europa, lo viejo y gastado por los siglos es un valor, algo que se solera y belleza, en tanto que en América es un estorbo, porque toda la vida está proyectada hacia adelante. Europa es de lugar de la memoria, y América, el de visiones y utopías futuristas.” (13)

Por su parte, Rob Riemen comenta en la introducción una revisión de la obra de Steiner a luz de la obra de Thomas Mann, llevando a la reflexión sobre la trascendencia de la cultura: “la única oportunidad para conquistar y proteger nuestra dignidad humana nos la ofrece la cultura, la educación liberal… una sociedad que ignore el ennoblecimiento del espíritu, una sociedad que no cultive las grandes ideas humana, acabará, una vez más, en la violencia y la autodestrucción.” (30-31) Esta visión fatalista nos permite una seria revisión: nuestra sociedad realmente avanza en valorar la cultura o bien hace esfuerzos para destruirla ¿y particularmente en Europa, qué sucede?

En el ensayo/discurso, Steiner compara a Europa como un gran café: el espacio donde los intelectuales y la gente común puede compartir ideas y filosofías, y sobre todo, debatir en una especie de ágora cualquier pensamiento. “El café es un lugar para la cita y la conspiración, para el debate intelectual y para el cotilleo, para el flâneur y para el poeta o el metafísico con su cuaderno.” (34)

A pesar de esta apertura, lanza una sentencia: “Hasta las ideas más abstractas y especulativas deben estar ancladas en la realidad.” (33-34) De esta forma, si bien en un café se puede hablar de todo, a la vez hay que saber de qué y cómo hablar. Esta es la Europa que visualiza, una donde hay muchas ideas pero éstas deben estar con un fundamento. 

Indica también que la edad de las sociedades en el “viejo continente” ha permitido un mayor desarrollo de las ideas y de la propia cultura, sin embargo “Por doquier hay monumentos conmemorativos del asesinato, individual y colectivo. La lista marmórea de los muertos parece en ocasiones superar en número a los vivos (…)” (44) Esta valoración de lo pasado, de lo muerto, pareciera dominar sobre el porvenir. Cuando el pasado es más importante que el futuro, la sociedad puede decirse que está en crisis. 

Menciona que mientras la ciencia retoma la visión grecolatina, el desafío monoteísta y la definición de la propia humanidad van abriendo diferencias y rigores, más que uniones y profundidades de valoración de lo propiamente humano. Esto ha partido al continente y las recientes migraciones, ataques terroristas y la debilidad aparente de la moneda por parte de algunos miembros de la eurozona hacen una desestabilización cuando podría tenerse el mayor de los crecimientos, en todos los sentidos, posible. 

A pesar de que una lectura es que la idea de una Europa unificada parece desvanecerse, el mismo Steiner marca la tarea para recuperar un poco del ideal. “Las tareas, las oportunidades que nos aguardan ahora son precisamente las que presenciaron el gran amanecer de Europa en el pensamiento griego y en la moral judía. Es vital que Europa reafirme ciertas convicciones y audacias del alma que la americanización del planeta .con todos sus beneficios y generosidades. Ha oscurecido.” (67)

Y más adelante, remarca una oportunidad sin límites: “(…) en sus tiempos de austeridad, sabrán que las solidaridades y creatividades humanas pueden tener su origen en la relativa pobreza.” (68)

Les recomiendo este ensayo para reflexionar sobre la situación actual de Europa y sus retos. La comparación con América y en particular con la cultura que ha creado Estados Unidos, es a la vez crítica y reflexiva. Un excelente texto para revisar y repasar.

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