domingo, 1 de noviembre de 2015

Lo modernidad vacía: Retrato de un hombre inmaduro


Los temas son propios de cualquier persona, y a veces se obsesiona con las palabras: “Las palabras, en cuanto se juntan unas cuantas, se hacen fuertes en una frase y un concepto.” (118) Eso lo lleva también a querer ser periodista, que canaliza con un puesto de revistas. 



La narrativa contemporánea se trata de contar una historia diferente, y a veces, con un argumento tan básico como un simple momento o una vida –aparentemente- vacía. Esta novela, se podría definir con una frase contundente: “Mi vida es el cuento de los que nada tienen que contar” (182

Así nos presenta Luis Landero la novela Retrato de un hombre inmaduro (2009), una narración a ritmo lento, un protagonista común, una historia con pequeños saltos temporales y la revisión de una sociedad que nos hace reflexionar en el vacío que la modernidad nos ofrece. 

El protagonista ha tenido poca educación, y ha trabajo en un hotel, en una tienda, en una papelería, en trabajos burocráticos, en pocas posibilidades de tener una gran pasión o un amor fuera de serie. Casado con una mujer que lo domina, con el ideal de ser un hombre que da la vida por otros, sus pequeñas vivencias van llenando sus días.

La novela va en sí a ritmo lento, con diversos personajes secundarios que ofrecen pequeñas chispas de vida, para un protagonista que ha decidido narrar su vida en la posteridad de sus días. Una novela contemporánea que aprovecha la propuesta moderna para sobrevivir.

No hay comentarios:

Publicar un comentario