martes, 22 de marzo de 2016

Sobre la lluvia y algo más... un texto de Juan Villoro



En la inauguración del Teatro María Antonieta Rivas Mercado en el verano de 2013, Juan Villoro realizó una divertida conferencia, que a los pocos meses salió en una edición de Almadía que se denominó “Conferencia sobre la lluvia” (2013).

La conferencia, como otros textos de Villoro, es ágil, creativa, dinámica y un amplio sentido del humor. Lo que comienza como una reflexión sobre los libros y una analogía con la lluvia, se convierte en una revisión de sus relaciones con las mujeres, con otros amantes de libros y, claro, con los propios libros. 

Primero aclarará, una lluvia es una analogía de la abundancia de ideas y de libros, aunque “Hoy en día hasta un empresario habla de “lluvia de ideas”. Las metáforas se abaratan. No hablaré de “lluvia de ideas” (P18) Por eso mismo aclara que “La literatura es un lugar en el que llueve. He dedicado buena parte de mi vida a coleccionar chubascos literarios” (P19) Coincido con el: hay que dejar que llueva y que no moje todos los días… aunque haya charcos donde se acumulen los libros. 

Contada en primera persona, con múltiples referencias culturales y contextos sociales, el narrador-personaje sabe los límites de su discurso: “La conferencia es un género menor, pero permite que ciertas ideas entren al corazón de los oyentes” (P20) Y vaya que nosotros mismos lo dejamos entrar, prestamos los oídos a la lluvia que nos caerá, como Noé mismo pudo hacer. 


La conferencia deja entrever un futuro próximo: “Tal vez, en el futuro, todos los libros se descarguen en una tableta encendida y sus letras caigan como una lluvia solitaria… [pero] los volúmenes impresos en papel obligan a que las personas se conecten; pasan de una manos a otras” (P21) Casi como una visión, podrá haber medios digitales, pero el físico siempre es positivo, al cabo “Todo lo que nos rodea ya es un libro, y la biblioteca es su resumen” (P23) 

Y sobre la misma biblioteca nos dice “Una biblioteca es una lluvia que se detiene” (P28) Se detiene para que los lectores busquen en su abundancia nuevas aventuras, reflexiones e inquietudes. Al cabo, agua no falta. Libros tampoco. 

De pronto la conferencia deja el tema de los libros y la biblioteca para hablar de su relación con Soledad, su manejo y su locura por los libros, que además de clasificarlos prácticamente no quiere que los toque (a lo mejor tampoco a ella) pero todo tiene un límite. Esa relación, como una sequía, termina y le da la oportunidad de conocer el amor de nuevo. “Laura me eligió como se elige un libro en una biblioteca. No sé qué clase de texto fui para ella” (P40) Esa nueva relación le permite buscar una nueva aventura, y disfrutarla: “Laura era un libro que yo abrazaba sin comprender su significado. Un libro único, valiosísimo, escrito en una lengua desconocida” (P46)

Después entra un intertexto fantástico, una edición de “Las mil y una noches” que de tan rara que no quiere prestarla… un verdadero amor por los libros. “Entre perder una amistad y perder un libro, cualquier bibliófilo prefiere perder una amistad” (P46) ¡Qué cierta puede ser esta idea!
Además de reflexionar sobre la lluvia, la abundancia, el amor, las obsesiones y mucho más, la conferencia de pronto dará comienzo y el texto toma un giro inesperado… 

Estamos ante una excelente narración para disfrutar y recapacitar, para pensar ¿qué significar para nosotros el mundo de los libros? Ánimo, aunque caiga un chubasco o un aguacero, la invitación es clara: hay que leer. Coincido al 100%.

Juan Villoro es un excelente autor mexicano, novelista, cuentista, ensayista y amante del soccer. En este espacio comentamos la colección de enayos "Dios es redondo" en http://literaturaexperienciaviva.blogspot.mx/2012/02/este-es-el-titulo-de-una-coleccion-de.html

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