Ricardo Piglia es considerado uno de los grandes autores
argentinos contemporáneos. Este año dejó este mundo, pero dejó en su haber una
variedad de obras que le dejaron el reconocimiento mundial.
En particular, para conocer su obra me aventuré con La
invasión (Anagrama, 2006) Esta versión es una reedición de la antología
original de 1967 y que, como señala el propio autor en el prólogo, ha hecho una
revisión de los textos y, además, agregado algunos publicados en otros medios. El
resultado, un excelente ejercicio narrativo que invita a conocer el universo de
este autor.
Para algunos la revisión de textos pareciera no natural, y
como todo buen escritor, cada vez que se lee se quiere hacer un cambio. Para el
autor, al enfrentarse a la reescritura, considera “Una ilusión suplementaria
podría hacernos pensar que al reescribir los relatos que concebimos en el
pasado podemos volvemos a ser los que fuimos en el momento de escribirlos.”
(14)
Con este pensamiento, más que ir al pasado es retomar
aquello vivido y expresarlo de nuevo con una visión diferente.
La antología se divide en tres partes; la primera y la
última son dos cuentos relativamente largos, y la parte dos, la colección más
amplia de textos.
A mi gusto sobresalen:
- El joyero, un extenso relato donde la Cuba entre la
dictadura de Fulgencio Batista y la modernidad propuesta por Castro, enfrenta a
que los ricos a dejar preciadas joyas con una persona de confianza… y éste
decide guardar todo en una bodega… lo que pasa va más allá de una simple
acumulación de pasados…
- Tarde de amor, historia de dos viejos vecinos que disfrutar
mirar a través de una de las paredes del departamento, y en ese voyerismo, su
propia vida parece presentarse.
- Las actas del juicio, que buscan recrear un crimen, o una
orden militar de matar. La historia desde la primera persona cubre dimensión
singular.
- Mata-Hari 55, excelente ejercicio narrativo, donde las
cintas y los testimonios buscan recrear la vida de un singular personaje.
- La invasión, cuento significativo entre la ideología y la
necesidad del cuerpo, la lucha y lo inesperado en medio de la persecución y la
falta de libertad.
- Mi amigo, singular historia de un pibe que se abre paso en
la ciudad, en la selva moderna.
- La honda, cuento breve, presentado con maestría: unos
trabajadores, domingo, un grupo juvenil, una travesura, una honda. Simplemente excelente
narración.
- Desagravio, el abandono amoroso y la ofensa a la bandera
combinan la reflexión entre el amor y el civismo, el bombardeo y el asombro. También
un magnífico cuento.
Con una variedad de lenguaje que recrea el habla juvenil
letrado o del barrio – del combatiente o del civil, diálogos enriquecidos,
situaciones interesantes, la combinación de estas historias se convierte en una
amalgama de espacios y tiempos, donde cada personaje tiene un conflicto, en apariencia
sencillo, que nos obliga a reflexionar sobre nuestra propia historia.
Y el lenguaje, entre lo común y lo poético, se llena de expresión:
“La calle vacía, aplastada por el sol, se juntaba con el terraplén, allá lejos”
(130), “y la luz cruda del baño parecía aislar los gestos, multiplicarlos en el
espejo” (136)
También hace presencia el leitmotiv de literatura y realidad:
“No conocía ningún novelista que hubiera matado a nadie. Era raro. Un escritor
de novelas que se hubiera convertido en criminal. No había ninguno. ¿No había
ninguno? El novelista como asesino. Los suicidas
son asesinos tímidos” (178) y deja entrever esa necesidad de reescritura
que él mismo ha ejecutado: “Sólo quien
lleva un diario puede leer el diario que escriben otros. Tachó la última
frase y escribió: Sólo quien lleva un
diario puede entender el diario que llevan otros. Leyó la frase y la tachó
otra vez y al lado escribió: Sólo quien
escribe un diario puede entender el diario que escriben otros.” (178)
Con un ritmo lento pero con final vertiginoso –como todo
buen cuento, estos retazos de realidad van con un tono serio, melancólico, a
veces fuerte, otras tan simple que uno no detecta la denuncia, se conjugan para
recodar el viejo amor, la amistad, el compromiso, la muerte, la dictadura, el
futuro incierto, la migración, la añoranza por el pasado, el aferrarse a un
ideal… en fin, personaje parece invadir una realidad cercana a medida que se
aleja del presente.
Excelente antología para conocer al autor, disfrutar la
narrativa argentina contemporánea y a invadir la realidad que quiere alejarse.