domingo, 5 de febrero de 2012

¡Dios es redondo!

Éste es el título de una colección de ensayos de Juan Villoro, escritor y ensayista mexicano que recientemente estuvo en Monterrey para una serie de actividades en favor de la lectura.

Dios es redondo (2006) nace de la pasión de Villoro por el soccer, y pretende proyectar esa pasión desmedida que cualquier persona puede tener por ese deporte, tal vez el más extendido de todo el mundo, por su sencillez de jugar y la poca inversión que representa.

En sus ensayos, se aborda con un lenguaje sencillo y directo, una serie de anécdotas que van desde la necesidad de agarrar un balón y jugarlo entre piedras, hasta las trascendencias económicas que representa la organización de un mundial.

La revisión arranca con África, ese continente olvidado por el resto del mundo, donde el soccer se puede convertir en fuente de alimentación y de grandes estrellas que juegan en Europa, y que poco a poco, demostrarán que ahí nació la civilización tal y como la conocemos.

Después reflexiona sobre cómo el soccer se vive en las escuelas, en los terrenos valdíos, entre la tierra y el lodo, pero siempre posible con unos sweters o unas piedras que sirvan para marcar la portería.

Hay un capítulo dedicado al gran Diego Armando Maradona, donde se demuestra que el soccer es más que un deporte, es la fábrica perfecta de sueños, pasiones desmedidas, e incluso, religiones capaces de engrandecer a un hombre pequeño.

Uno de los segmentos más significativos está dedicado a "Los galácticos", el casi mítico Real Madrid de la década de 1990, que llegó a tener en su alineación a los grandes jugadores universales -ya no digamos mundiales- que además de sus estratosféricos salarios lograron posisionarse como la nómina más engrída y casi maldita, pues los títulos más importantes quedaban desvanecidos en los últimos minutos. Eso sí, lograron ser de los pocos equipos del mundo con un manejo positivo de sus finanzas.

El texto reúne en forma cronológica las reseñas y las editoriales del propio autor en los mundiales de Francia 98 (el último del siglo XX) y de Corea-Japón (el primero del siglo XXI).

Después trascribe unas conversaciones con Jorge Valdano, el entrenador que logró pasar del deporte a la filosofía, convirtiéndose en un gran motivador de las canchas.

Además de estas revisiones históricas, el texto se llena de anécdotas, apodos, datos curiosos que propios y extraños de este deporte pueden disfrutar de una forma objetiva y entretenida.

Con todo ello, y algunos segmentos más, Juan Villoro recorre más de 90 minutos y 22 personas corriendo tras un balón, logra plantear que Dios juega al soccer, o al menos es redondo. Claro, en un pleno sentido figurado. ¿O acaso Maradona podría ser más grande que Pelé?

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