martes, 29 de julio de 2014

Desde Brasil: los pastores toman la noche



Mientras vivimos y recordamos los ecos del Mundial de Soccer FIFA 2014 en Brasil (7-1, no fue penal, el polémico balón de otro, entre otros) nos acercamos a un aliteratura rica, apasionante y que busca su propia voz en Hispanoamérica. 

Buscando alejarse de lo costumbrista, del realismo mágico, o de la simple denuncia social, Jorge Amado, reconocido narrador brasileño, nos regala Los pastores de la noche (2013).

Esta novela es en realidad un tríptico donde los personajes entran y salen de las historias. En una, un pícaro jugador se casa para sorpresa de todo el pueblo; en la segunda, un bautizo enfrenta a la religión católica con el espiritismo local; y en la tercera, una invasión de terrenos nos hace recordar el hemisferio en el que estamos parados.

Jorge Amado tiene un estilo fluido, dinámico, sin mayores pretensiones literarias que narrar una buena historia, a decir, tres buenas historias. 

Los diálogos nos recuerdan el portugués-brasileño, los nombres de personajes y lugares son melódicos, y las descripciones son vívidas y coloridas. Los personajes son entrañables: el vividor, el enamorado, la prostituta, el ladrón, el líder, el conciliador, la damisela, e incluso, el diputado y el defensor del pueblo. 

Pero la temática también es singular: cómo un vividor puede estar casado y limitado a la vida del hogar; por qué del choque o la convivencia plena de religiones antagónicas, y el poder del pueblo versus el poder político-económico de una región. 

“Una historia, para ser bien entendida, debe puntualizar con claridad sus principios, las raíces de donde nace, crece y se dilata, frondosa de sombra y frutos, de enseñanzas.” (Amado, 49) Así son estas tres historias. 

Para los ávidos lectores, esta es una novela muy recomendada. No dejarán de reír con las situaciones de los personajes, ni de reflexionar sobre el poder de la corrupción y el debate político, mientras el pueblo no tiene comida ni un techo digno, pero tiene a sus compadres, a su pareja, a sus hijos, es decir, tiene esperanzas de vivir. 

En medio de todo, la inocencia del que no tiene dinero, del que disfruta cada noche, cada amanecer . "Pastoreábamos la noche como si fuese un rebaño de inquitudes vírgenes en la edad del hombre." (Amado, 15)

Un excelente texto uqe retrata una sociedad de contrastes, un escritor que hay que seguir.

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