Marta Sanz nos ofrece una novela desde la visión de una
cámara cinematográfica, Daniela Astor y la caja negra (2013), donde una niña
juega a ser una estrella del espectáculo.
Pero esta estrella no es como las otras: observa y analiza a
sus padres, a los vecinos, a su mejor amiga, las actividades que pasan a su
alrededor... todo se registra cuadro por cuadro para obtener sus propias
conclusiones.
La narradora, Catalina, presenta la historia en primera
persona, mientras, en forma paralela, se narran guiones donde ella es la
protagonista. Recrea filmes o programas de televisión, también ensayos y vestimentas,
juegos que rayan en la adultez... todo se combina para mirar un contexto
español donde el matrimonio, los rompimientos y la propia labor de ser padres
evoluciona.
Con esa mirada crítica, a veces inocente, a veces precoz,
esta niña que quiere ser adulta se enamora del padre de su amiga, y sueña con
ser famosa, una actriz dramática...
A ritmo lento, con diversos diálogos que arrancan
sentimientos y esos guiones que nos narran escenas cotidianas, la historia se
va construyendo poco a poco.
Una novela densa, pero valiosa. Una mirada infantil que
parece adulta. Una visión moderna de nuestras relaciones familiares y sociales.
Un intenso programa de televisión donde la estrella revelará información y cimbrarán
los aplausos del público...
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