Zoé Valdés es una escritora cubana radicada en Francia. De su
obra hemos explorado la novela, casi experimental Una novelista en el Museo del
Louvre (entre la erudición y la aventura http://literaturaexperienciaviva.blogspot.mx/2017/06/una-novelista-en-el-museo-del-louvre.html)
y una de sus novelas más importantes: Te di la vida entera (Cuba: El idilio
amoroso y el cambio social http://literaturaexperienciaviva.blogspot.mx/2010/07/cuba-el-idilio-amoroso-y-el-cambio.html)
Ahora toca comentar Cuerdas para el lince (1999), una
antología poética divida en 4 secciones: Predilección de lince, Cinco poemas a “Beltraín”,
La últims medalla y Cuerdas para el lince.
Poemas libres, matizados por epígrafes de Lezama Lima, Pessoa,
San Agustín, Horta, Yourcenar, entre otros, cada uno va explorando con métricas
y rimas, recursos y visiones diferentes, diferentes percepciones sobre la vida,
el amor, lo cotidiano.
Un lenguaje denso, figuras rebuscadas, pero siempre cargados
de una emotividad entre lo animal y lo socialmente aceptable.
Algunos en primera persona, otros en plural, con un yo
lírico, en todos se refleja erudición, conocimiento de lo humano, y la búsqueda
de lo “normal” como estar en la cama, tomar un cigarro, Mozart, moda, y más.
De una u otra forma –ya por el cuerpo, ya por el deseo- se
explora en especial el tema de la mujer. En “Yo, la peor” dedicado a Sor Juana
y otras autoras, se va inmiscuyendo en “No soy este ser que soy (...) No quiero
hablar de futuro no aceptar regalitos tibios” para ir construyendo un
enfrentamiento a la visión tradicional de la mujer. Que concluye con una
revelación “Yo la peor de lo peor /
cuando termina el día y dejo de parecer hombre / también como un hombre
necesito que me acaricien la cabeza.” (69-70)
Una lectura densa, una antología de 34 poemas, un uso
magnífico del lenguaje y una excelente introducción a una autora básica de
nuestro tiempo, para entender nuestra narrativa, y por qué no, a nuestras
mujeres.
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