A través de un lenguaje que busca recrear el “ingleñol”, esa
mezcla entre español e inglés que se vive diariamente en la frontera, para
abordar la vida de una persona que busca ganarse el pan con el trabajo duro y
llevar una mejor condición de vida.
De esta manera exploramos la niñez con amplias limitaciones,
el drama de la migración y las oportunidades que se abren “en el otro lado”, el
gabacho. Trabajo sin papeles, malas pagas, condiciones difíciles de vida, todo
se conjuga para que las personas tengan “su sueño americano”.
Los estereotipos, las demarcadas vejaciones que sufren y
esas manos amigas dispuestas ayudar a pesar de todo, se conjugan para darle una
oportunidad a quien, literalmente a base de golpes, quiere hacer algo más en su
vida.
La novela va a ritmo lento haciendo saltos temporales entre la
época actual del protagonista Liborio, que con sus limitaciones marcadas y
exponiendo desde la típica persecución de la migra hasta cómo el box puede
abrir nuevas oportunidades.
El poder de los medios de comunicación queda evidenciado:
cómo una golpiza ocasional se convierte en la oportunidad de un reportaje y con
ello la exposición documentada del drama de los migrantes.
La desconfianza de quienes ayudan también queda evidente:
porqué una persona daría techo, comida, oportunidades… qué espera a cambio.
Todo esto va dando forma a una novela que le falta un poco
para cuajar: el título nos habla de un campeón, pero se queda en las primeras
oportunidades de triunfar en el ring, como muchos compatriotas lo han hecho en
el mundo real. También tiene personajes en cierta manera
estereotipados: el
migrante desconfiado de todo, la periodista que busca la exclusividad, el rico
dispuesto a dar la mano y a sacar provecho, el migrante que ahora da la mano a
sus compatriotas, el explotador laboral que puede ayudar pero a sus condiciones
y denigraciones correspondientes; todo ello le resta cierta dimensión a la
novela.
Un final algo abrupto también corta una historia
interesante, que si bien trata de una manera proco profunda la cuestión
migrante (en contraparte, por poner un ejemplo, del amplio ejercicio de
vivencias de los migrantes que narra Alejandro Hernández en Amarás a Dios sobre
todas las cosas http://literaturaexperienciaviva.blogspot.com/2017/07/otra-mirada-mexico-la-migracion.html)
nos permite ir conociendo de una manera diferente una situación que se repite
todos los días a lo largo de la frontera México-Norteamericana.
En sí el texto es recomendado para conocer a una buena voz y
darle la oportunidad a los nuevos valores literarios de tener contacto con
otras voces narrativas, como dirían unos autores mexicanos, más allá de la
generación de los enterradores.
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