La colección Nuevos tiempos de Siruela nos trae libros que
buscan romper los límites geográficos y narrativos más allá de lo común.
Los pescadores (2016) de Chigozie Obioma es un libro de
esta tradición, que nos adentra en vida de unos hermanos que buscan pasar los días
pescando y disfrutando del mundo a su alrededor. Hasta que tienen un encuentro
trágico.
La edición de Siruela incluye una serie de prefacios que
establecen el valor del hombre, de la locura y la transformación; así como un
mapa que ilustra los alrededores familiares donde se vivirán aventuras y
persecuciones.
Ubicada a partir de enero de 1996 en Akure, Nigeria, narra
la historia de seis hermanos, centrada en cuatro de ellos; una madre dedicada
al hogar y a sus hijos, y un padre que ha estudiado en medio de las escasas
oportunidades y trabaja para el Banco de Nigeria, lo que lo aleja diversas
veces de su hogar.
El frágil equilibrio familiar de un padre que al estar
presente quiere ser autoritario, una madre que se debate entre la nueva
cristiandad y las tradiciones de su pueblo, se enfrenta a una tensión civil en
el país: entre los golpes de estado militares, las elecciones presidenciales,
la democracia que busca su lugar en la nación y toda la turbulencia política, 4
de hermanos –todos varones- quieren ser pescadores.
Pero el río cercano a casa es peligros y en su orilla vive
un vagabundo, víctima de las burlas del pueblo, alimentado de las sobras y
habitando entre la basura. Pero también puede ser violento y a tacar a
cualquier provocación.
Según la tradición popular –que el autor logra incluir a
través del lenguaje nativo, de la descripción de las sensaciones y las
costumbres- este “loco podría ser víctima de una maldición y también hacer lo
propio: infundir en otros la locura.
El padre no quiere que sus hijos sean pescadores, al
contrario, que estudien en “la formación occidental” para migrar a Canadá y
tener mejores oportunidades. Pero ellos se empeñan, distrayendo a madre y con
aditamentos caseros. Un día se topan con “el loco” y comienza la transformación
de la familia.
El enfrentamiento de los hermanos se va dando, entre las
ausencias laborales del padre, su madre preocupada por cuidar a todos y un país
que comienza a ver la tensión provocada por los enfrentamientos civiles y
militares.
Entre la adolescencia y la infancia, los hermanos se debaten
entre la inocencia y las decisiones difíciles, hasta que una aparente maldición
lleva a una pelea con final trágico. Otra vez la transformación familiar se
hace evidente y las oportunidades de una vida normal se desvanece.
Lo que empezó como un juego terminará en una persecución fatal
para buscar retomar la inocencia y evitar una mayor tragedia familiar.
Narrada el menor de los pescadores, la novela va retratando
esa visión de la sencillez y el conflicto, a medida que la madurez va llegando a
él.
Una novela que avanza a ritmo lento, como la paciencia de
los pescadores, para llenar de diálogos salpicados de dialecto nativo y de una
historia que, de tan sencilla, ilustra lo complejo de las relaciones familiares
y el poderoso contexto histórico que rodea a los personajes.
Un excelente debut narrativo para pedir más del autor y
conocer esos rincones africanos difíciles de visualizar para nuestra ubicación
geográfica.
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