Mi primer contacto con J. M. Servín fue en Por amor al dólar (2006), donde presenta en forma novelada cómo fue su vivencia como trabajor en los Estados Unidos. Ahí presenta un estilo sobrio, realista, plagado de un lenguaje directo, sin pretenciones ni grandes figuras literarias.
Años después, lo reencuentro en Revólver de ojos amarillos (2010) donde sigue manteniendo su estilo narrativo de fragmentos o viñetas, donde va arrancando pedazos de la realidad para que, a través de un lenguaje nuevamente sobrio y sin pretenciones, nos diga cómo son los sueños, las pesadillas, las ilusiones y, a veces, las tristes realidades que a cada uno de nosotros nos toca.
Esta colección de 16 cuentos, abre con el homónimo, una historia que entremezcla la fantasía y la realidad; lo mismo sucede en otras historias: Los protagonistas no saben si lo que han vivido es cierto y es simplemente una pesadilla.
Mi relato favorito fue Tan amable, educado y limpio, donde Servín hace gala de su "ocurrencia" fantástica: El protagonista tiene un aparante desdoblaje, y su "otro yo" es la pareja ideal para su esposa... e irónicamente, éste lo acepta.
Narrados algunas veces en primera persona y otros en forma de narrador omnisciente, se entremezclan situaciones tan simples como el amor obsesivo, los trabajadores que quieren sacar provecho a su empleador medio alcohólico, los mudos testigos de un camión urbano, los celos entre hermanos, los deseos sexuales ocultos, la venganza y sus límites, la policía corrupta, entre tantas otras situaciones "arrancadas" de lo cotideano.
Otro relato que destaca es La maldición de Caín, donde dos hermanos opuestos -cual figuras bíblicas- se convierten en la representación de la ironía del destino: Uno es chavo banda dispuesto a golpear y matar por la raza; y el otros es uno dedicado al trabajo y al estudio... un quinceaños se convertirá en la maldición de ambos.
En algunos de los relatos, descubrimos una inspiración de la oscuro y misterios de Poe, al enfrentarnos a gatos o elefantes, a diversos seres que pueden estar junto al buró de la recámara o en el refrigerados.
En fin, en los cuentos se redescrubre a un escritor mexicano dispuesto a entretener y dar cátedra de literatura breve.
Aquí deposito reflexiones y pensamientos sobre la literatura... simplemente para compartir una de mis grandes pasiones y cumplir con aquello que dicen por ahí: Debemos enseñar a leer, pero también ayudar a que todos seamos buenos lectores.
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