viernes, 25 de abril de 2014

Díaz en primera persona: la desolación y el destierro



El general Porfirio Díaz es una figura casi mítica, rodeados de la dualidad histórica de haber logrado la paz y el beneficio económico de México, frente al intransigente político incapaz de ceder el poder.

Escrita en el marco del Bicentenario de la Independencia de México y del Centenario de la Revolución,  esta novela surge de la pluma prolífica de Pedro Angel Palou, figura de El Crack.

El texto plantea la ruta del exilio del Dictador ante el inminente éxito de la lucha armada de Francisco I. Madero, sus reflexiones, sus miedos, sus encuentros con personajes históricos clave, hasta la creación de la famosa frase sobre el país que tanto le ha costado reconstruir, o mejor dicho, construir de las ruinas históricas de más de 150 años de luchas internas: Pobre patria mía.

Narrada desde la primera persona con un tono ágil, casi cordial como la edad del general, los presenta los momentos personales con su esposa Carmelita, las epístolas que un hijo desde Cuba le escribe con las novedades del caos en que se ha sumado el país, y los encuentros casi cotidianos con presidentes, exministros, hacendados y ricos mexicanos que también han huido del país, para ir conformando el mundo de las primeras dos décadas de 1900.

Desde su pobre niñez, los desencuentros con su héroe y posterior enemigo el también oaxaqueño Benito Juárez, hasta sus viajes por la deslumbrante París y el faraónico Egisto, cada escala de este tedioso exilio nos va develando, como capaz de cebollas, la figura del dictador que se presupone fue es déspota pero nunca un corrupto.

En poco más de 150 páginas, el autor poblanos nos retrata a Un Díaz que se antoja derrotado, pensativo, impotente ante el caótico futuro del país y consumido por el desgane de su edad, de su propio pasado. 

Con diálogos abundantes y las mencionadas reflexiones en primera persona, Palou nos hace vivir con Díaz los Campos Elíseos las Fiestas del Centenario de la Independencia, y en ciertos momentos, hasta provoca esa nostalgia y ese sentimiento de pena que se vive por la patria abandonada.

Una buena novela para ver el otro lado de la historia, y dimensionar nuestro pasado como nación. No será una cátedra histórica, pero sí un relato con buena documentación y un ritmo excelente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario