miércoles, 4 de febrero de 2015

El ejército iluminado: una mirada a lo absurdo



Leí por primera vez a David Toscana con los cuentos Lontananza (una especie de lugar entre real y mítico que aparece cual leitmotiv en la obra del autor) y después en El último lector. La novela que hoy comento fue ampliamente recomendada, así que en la Feria del Libro Monterrey 2014 finalmente la adquirí. 

El ejército iluminado (2013) es un texto lineal con un lenguaje sencillo y accesible, personajes bien trazados y en un ambiente cotidiano que se lanza de pronto a lo inverosímil: es el Monterrey de la década de 1960, un apasionado maestro de historia, un grupo de niños indiferentes o hijos de influyentes, otro grupo de niños marginados, casi relegados como inadaptados o incapaces de aprobar la escuela básica. 

El maestro –un corredor de maratones que aspira con ir a una Olimpiada- explica un buen día la Guerra de Texas, y cómo Estados Unidos pretende anexarse la entonces República de Texas, provocando una guerra con México y la eventual derrota y humillación del Presidente Santa Ana. 

Ante su apasionado discurso, un niño lo acuse a su madre, quien provoca que éste sea despedido.
Con la motivación de romper un récord mundial y el afán de recuperar Texas para México, el profesor Matus provoca con animada arenga a un grupo de paseantes en las calles –y a sus propios alumnos- a lanzarse a esta cruzada inverosímil: invadir el territorio norteamericano, llegar a El Alamo y lanzarse con un ejército iluminado para esta noble tarea. 

Los convocados –y ahí radica parte de lo absurdo de la novela- resulta ser un grupo de marginados, animados por el entrañable personaje “el gordo Comodoro”, dispuestos a perder la vida si es necesario. Un milagro –chico que sobrevive a un accidente automovilístico-, una chica que lleva su maquillaje para el asalto final, un chico con poca capacidad mental que es entregado por su madre para que muera con dignidad vestido de blanco, el propio gordo y el profesor se lanzan en una carreta a recorrer el territorio de Nuevo Leon y Coahuila para esta hazaña gloriosa. 

Los terrenos desérticos acompañan a este puño de valientes a entrenarse en la guerra, a soñar envueltos en la bandera nacional, a estar dignos y presentables en la batalla, a sufrir vejaciones y privaciones, todo para alcanzar la gloria y recuperar el terreno tejano. Todo lo anterior en un año clave para nuestra historia: 1968. 

A ritmo lento, con diálogos precisos, con un manejo ideal de los personajes, con descripciones y reflexiones, Toscana nos llena a este desierto mexicano a vivir una aventura, a seguir el sueño de estos iluminados que se lanzan a la gloria eterna. 

Una buena novela que nos invita a reflexionar en lo absurdo de nuestra vida, en los sueños de grandeza, en los límites de la cordura humana.

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