Uno de los grandes narradores colombianos es William Ospina.
Con novelas, cuentos y ensayos publicados (reseñado en La maravilla de la lectura y la educación http://literaturaexperienciaviva.blogspot.mx/2013/10/la-maravilla-de-la-lectura-y-la.html), incluye una singular trilogía
centrada en el personaje Pedro de Ursúa, español peninsular de familia de
abolengo que viaja a la tierra de la Nueva Granada atraído por la aventura.
Ursúa (2013) abre la historia con un narrador-personaje. Limitado
a lo que le cuenta el peninsular, el testigo nos indica que lo conoce en uno de
sus viajes, antes que la ambición y la violencia nublen su juicio.
La novela, lineal en gran parte de su narración, es un
amplio ejercicio histórico que va reconstruyendo la conquista española en los
territorios que hoy abarca Panamá, Colombia, Perú y el Ecuador. Territorio junto
al mar, con grandes minas de oro y plata, plagado de animales desconocidos,
indios que no se subyugan y una selva que se convierte en el temor de muchos,
en el deseo de todos.
A manera de crítica social, vemos una marcada ambición sin
importar la humanidad misma de los nativos, las jornadas asfixiantes de
trabajo, el maltrato de las encomiendas, y el cambio social – legal que enfrentan
las colonias con unas Leyes de Indias, que reconocen el alma de los nativos, y
por ende, regular su comercio y trabajo.
Ursúa nace en la decadente España, recién creado reino a
raíz de la expulsión de los Moros, y de las ruinas familiares es atraído por
las historias fabulosas de la riqueza, los sabores y la magia que rodean a las
nuevas colonias.
Se embarca así en una aventura que hará un cambio profundo
en su personalidad: de la aventura a las mieles del poder por designio casi
ilegal de su tío, por conocer el sabor de la sangre y de la guerra, y de tomar
decisiones que marcarán por los siglos su frialdad, violencia y deshumanidad
por mantener seguro un territorio, por expulsar o aniquilar a quienes se
interpongan entre él y el tesoro, casi míticos, de los antiguos habitantes.
El texto identifica hechos reales, novela sucesos y
maximiza, aunque en forma muy creíble, ese trato entre españoles e indios, pero
también de mestizos –como el propio narrador- de que testigo se convierte en
co-protagonista de la historia.
La corrupción del imperio, la ambición
personal, la violencia en nombre de la religión, todo lo que se ha criticado de
nuestra historia, aparecen aquí, en una forma natural, y prácticamente, vigente
en nuestros tiempos. También aparecen las traiciones, el amor entre los diferentes, la desconfianza por la magia y la sabiduría nativa.
Una novela que va a ritmo lento, llena de datos históricos,
y de una narración poderosa que nos hace reflexionar sobre lo que hemos perdido
y lo que se supone que ganamos con el cambio cultural y religioso. Una excelente
novela, un excelente narrador.