martes, 6 de abril de 2010

Una novela favorita: El amor en los tiempos del cólera

Se ha dicho que el mismo Gabriel García Márquez considera ésta como una de sus mejores novelas... al menos una de sus favoritas.

Y es que retrata el amor casi imposible de Florentino Ariza -personaje de personalidad callada y reservada, pero enamoradizo de cuanta mujer exista en su tierra- y Fermina Daza; quien se casa con Juvenal Urbino.

El amor en los tiempos del cólera (1986) abre con el último día de Juvenal, un afamado político conservador quien al intentar restacar a su loro cae de la escalera y muere de improvisto. Esto origina que Florentino asista al entierro y declara que ha amado desde hace más de 50 años a Fermina, quien al inicio siente la profanación de su lecho matromonial y rechaza a su antiguo amante.

En vez de sentirse rechado, esto provoca que Florentino haga despliegue de todos sus encantos de hombre maduro y con su experiencia en las artes del amor se lance, poco a poco, en su conquista.

La novela comienza entonces a recuperar la historia de los amantes, para contar en forma paralela la historia del siglo XX de una región que podría ser, perfectamente Cartagena de Indias o la Colombia: la evolución de una ciudad y con ello de una sociedad que va de lo conservador a lo liberal.

En el texto se despliega los conocidos recursos de García Márquez: complejas historias de muchos años, diversos personajes que van creciendo en todos los sentidos, detalles históricos y sociales, abandancia de descripciones y la afamada adjetivazación abundante del ganador del Premio Nóbel de Literatura.

La novela fue adaptada al cine por Mike Newell (2007) con encontradas críticas: excelentes autores en una pobre conjunción actoral... despliegue de recursos para la producción que parece acartonada en fragmentos. Obivamente, recortan personajes e historias secundarias para darle vida a este ir y vaiven de amores.

Mi recomendación sigue siendo el libro, no hay nada como leer las más de 200 mujeres que han pasado por Florentino, personaje que siempre ha sabido amar y, especialmente, esperar... al cabo, toda la vida puede estar en un barco con tal de disfrutar al amor de su vida.

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