sábado, 25 de enero de 2014

Andamios: Benedetti y la esperanza recobrada



La primera vez que escuché algo sobre Andamios (1996) fue en un evento denominado Compresencias, un espectáculo del Tec de Monterrey; en particular, un homoneja de voz y presencia del autor. En esa ocasión Ari Telch leyó fragmentos de la obra y un grupo de estudiantes completaron la lectura.
Fue una experiencia fantástica.

Más de 10 años después encontré el libro y finalmente tuve oportunidad de leerla: otra experiencia fantástica.

Un viaje largo me permitió terminar la novela en 3 días.

Así, nuevamente Mario Benedetti forma parte de mis resúmenes literarios (Biografía para encontrarlo; Un pasado que debe olvidarse... pero el presente lorecuerda)
La novela plantea el regreso a su país de un exiliado. Poco a poco va recobrando sus rincones, sus viejos hábitos, antiguos amigos, platillos de antaño. En cada momento, algo le recuerda a sus ideales, la huida de la cárcel, el dolor de los desaparecidos, la experiencia de los encerrados.
En este regreso, no hay reclamos ni discusiones. Simplemente hay diálogos.

Y día a día, como menciona el propio autor en su introducción, los personajes van reconstruyendo su vida, y para ello necesitan una viaje voz conocida, un antiguo compañero de lucha, un familiar amado, todos ellos, van funcionando como los andamios que se requieren para la construcción.

El exilio se convierte en un dolor físico, y mientras algunos salidos juran y cumplen nunca volver, otros añoran su pasado y quieren enfrentarse a él. En medio, aquellos que se fueron de su tierra y perdieron con sus sueños el sentido de pertenencia.

Ante una familia dividida y una madre que lo ama, Javier Montes busca su país en las calles, en los bares, en las viejas voces. Y es que los años no han pasado en balde: la democracia es lo de hoy, y los jóvenes desconocen el costo de la misma.

La esperanza renace en un antiguo amor, en el enfrentamiento familiar ante lo material y lo económico, ante un viejo militar que quiere reivindicarse con una víctima del pasado.

A un buen ritmo, con la nostalgia de sus textos, la agilidad del lenguaje, la calidad de sus díalogos y las frases que nos hacen reír, Benedetti nos presenta los andamios de una historia que asombra, que enseña y que invita a ser parte de una excelente obra latinoamericana. 

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