domingo, 19 de enero de 2014

El lago: la nueva novela de Yoshimoto en México



Banana Yoshimoto atrapa. Narra con maestría. Presenta personajes demasiado humanos, presas del dolor. Con un toque casi fantasmagórico de esperanza.

En este espacio he platicado de ella en dos ocasiones: Más allá del callejón y Vida y muerte, el ciclo del ser.

Y cada vez que tengo enfrente a un texto de ella, no dejo de leer. 

Su visión casi pesimista lleva a leer una y otra página, para descifrar qué característica o qué le ha pasado a este personaje para tener este sentimiento, este aparente vacío. 

En su novela El lago (2013), Yoshimoto regresa a sus leit-motivs para explorar cómo la muerte de una madre lleva a Chihiro a mirar frente a su ventana y encontrar a Nakajima, otro joven quien casualmente ha perdido a su madre también. 

Esta casi imperceptible semejanza los lleva a compartir su tiempo, y casi sin quererlo, construir una relación de amistad, carente de sexo y de pasión, pero llena de necesidad de compañía. 

Y es que en el Japón de Yoshimoto la soledad de estos seres se refleja en su trabajo, en su pequeño departamento, en sus escasos hobbies. 

La novela va relevando poco a poco el pasado de los personajes, para criticar casi sin querer el amor, el materialismo, las convenciones sociales del matrimonio o el trabajo, y en forma sorpresiva, incluso de los secuestros y los grupos terroristas-extremistas de la nación nipona. 

En el texto todo es Yoshimoto: el lago como símbolo de la paz, el dolor y el amor, la muerte como detonante, la esperanza que se dibuja en una sonrisa. 

Una excelente novela, que recomiendo sin más.

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