En un viaje a
Medellín durante el 2013 tuve oportunidad de detenerme en una librería y
preguntar por las novedades locales. Sabemos que hay muchos escritores que
llegan a México en diferentes textos, pero hay muchos otros que desconocemos o
ignoramos su calidad narrativa.
Así me compré varios libros (ya reseñados aquí: La maravilla de la lectura y la educación, Una profundaexploración de lo humano y Entre la pasión y la locura) y otros en espera de ser leídos. A veces nos aproximamos con reserva y resulta una grata sorpresa ¡cómo no pude haber leído esto!
Así me pasó con
una novela de tintes autobiográficos de la escritora Piedad Bonnett: Lo que no
tiene nombre (2013). El libro arranca con el suicidio del hijo menor de una
familia, y el doloroso proceso de reconocer el cuerpo, recoger las cosas del
departamento, enfrentarse a los amigos y a la familia, recobrar los momentos
felices y aquellos que llevaron al suicidio.
Debo reconocer
que es una lectura que atrapa. Tal vez al ser padre reconozco ese dolor de
saber que no podemos ayudar más a los hijos, pensar que unos zapatos, un lápiz,
un orden determinado del escritorio nos recuerda las cosas buenas y aquellas
que no entendemos del todo.
La novela, que
tiene un lenguaje sencillo, lleno de nostalgia, de dudas y de grandes lecciones
personales, retrata una enfermedad mental que puede detonar en cualquier de
nosotros y que puede tener consecuencias insospechadas. Retrata también la
frialdad de los sistemas de salud y lo despersonalizado que puede llegar a ser
la atención médica. Y no solo eso, también retrata el complejo mundo de los
jóvenes, el saberse enfermo y buscar la forma de destacar en un mundo de
mediocridad y escasas oportunidades.
Pero también
retrata aquello positivo que urge rescatar: la solidaridad, la mirada positiva
al futuro, el valor de la familia y de estar informados.
Bonnett nos
proyecta su gran conocimiento literario al presentar citas y referencias narrativas:
un poema, una frase, un fragmento de ficción. Incluso nos regala dibujos y una
tarjeta de presentación para conocer quién fue su hijo y su gran talento: http://danielsegurabonnett.blogspot.mx/
Se puede
considerar una novela breve, pocos personajes, capaz de presentar una evolución
en su historia para retratar las emociones humanas y enfrentarnos a aquello que
carece de nombre: la pérdida de un hijo.
Solo me resta
recomendar este texto. Muestra de la literatura colombiana actual y de cómo un
texto puede canalizar el color para invitarnos a reflexionar y a compartir
emociones, para ser empáticos y para ser, diría, un poco más solidarios.
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