Colson Whitehead ganó el Pulitzer 2017 en ficción con el
relato El ferrocarril subterráneo (2017, Literatura Random House)
Esta novela parte el punto histórico en Estados Unidos,
donde los estados algodoneros del sur mantenían la esclavitud como una de las
formas básicas de organización social y económica, donde la compra-venta de la
gente de color, su explotación laboral y su trato poco humano llevaron a
extremos de supervivencia y maltrato.
Según la historia, existía una serie de personas y puntos “seguros”,
donde los esclavos podían huir hacia los estados del norte, ya sea utilizando trenes,
estaciones, casas y otros lugares seguros, otra gente de color –libertos por
decreto o por nacimiento- e incluso blancos, ayudaban a transportar y mover
cuando fuese seguros. Códigos secretos, planeaciones, avisos orales, todo se
valía para lograr movilizar a estas personas.
Con este fondo, Whitehead centra la historia en Cora, hija y
nieta de esclavos, que en medio de la pobreza y maltrato conoce a un esclavo
que le plantea lo imposible: huir hacia el norte. Luego de una serie de sucesos
donde se detalla la vida en la plantación, las privaciones que vivían, el “unirse”
a otro esclavo para procrear, el comercio con los hijos, los castigos ejemplares
y demás, la protagonista decide fugarse y comenzar una nueva vida.
Ahí comienza la aventura, y cómo un grupo de personas se
decida a “cazar” a la gente de color que huye de los estados del sur, leyes
diversas que en el centro y norte de Estados Unidos obligan a no ayudar y entregar
a los fugitivos, así como las personalidades que evocan el ferrocarril
subterráneo.
Explora también el odio que podía generar un fugitivo en las
poblaciones blancas y cómo un cómplice podía perder la vida en una ejecución
pública por el simple hecho de alojar una noche a uno de ellos.
Cruda, explícita, con un lenguaje profundo, realista, con
diálogos precisos y una serie de descripciones que logran construir las
postales de los paisajes y pasadizos, la novela se convierte en una visión
histórica que, lamentablemente, puede ser muy actual: cómo se puede odiar al
otro simplemente por el color de su piel.
La exploración de la solidaridad en la adversidad, el
compromiso y la responsabilidad ante el otro que carece de todo, el amor en
medio de la violencia y el simple juego del odio – valentía, logran construir
personajes arrancados de la realidad y dispuestos a todo, tanto para huir como
para cazar a la presa.
Una excelente novela con un narrador omnisciente, grandes y
pequeños espacios, así como una amalgama de personajes, hacen de esta novela
una revisión de la historia que no debería volver a suceder.