Ana García Bergua nos regala en La bomba de San
José (2012) una comedia muy al estilo de las comedias de la década de 1970:
glamour, mundo artístico, cultural... enredos, pasiones, amor y mucha rumba.
Con personajes multidimensionales, escenarios
exóticos y enredos propios de adultos jóvenes, la novela nos recuerda momentos
del tríptico del carnaval de Sergio Pitol, situaciones extremo que, de tan
divertidas, resultan trágicas.
A manera de una película de Mauricio Garcés, un matrimonio se ve envuelto en una situación tragicómica... un día Hugo, el protagonista de la novela, “rescata” una famosa actriz de una situación delicada y la lleva a su casa y con ello cambiará su vida. Él enamorado de ella, decide hacer cualquier cosa. Maite, abnegada esposa, lo secunda, al cabo, un poco de diversión a todos les sienta bien, rompe la rutina y hace “más interesante” la relación.
Pero la diva los envuelve en un mundo de
intrigas, Hugo el esposo, que se siente escribir, promete un nuevo guion y un
relanzamiento de la estrella de cine. El
matrimonio comienza a sacudirse... las aventuras y los dramas comunes se
potencializan. El niño en la escuela, el café con las amigas, las fiestas
y el alcohol, todo da un giro potenciado hacia lo extraño y lo excitante.
Entramos al mundo del cine, de los espacios
culturales. Donde la corrupción también ha permeado, y que poco a poco
va develando ese teje y maneje del milagro mexicano.
Un poco de historia con el origen español y la
posguerra da ese toque de misterio. Maite tiene una tía con un pequeño negocio
en el centro de la Ciudad de México, y en esa miscelánea desconoce la pasión
que guardia, la colaboración con la resistencia española, y los sacrificios que
alguien debe hacer por amor a la patria y al prójimo…
La corrupción se vive en
el secuestro y retención, hacer un guion para complacer a la mafia y continuar
con el salvamiento de la actriz Selma. Lleva con é a su amigo, que encerrados
en una extraña casa, verán diseñar el escenario a medida que avanza el guion, filmar,
cambiar a la actriz pretendiendo que nadie se dé cuenta, ver extras, el diseño
de vestuario los cambios... todo a medida que se reconstruye el guion.
Una aventura que incluye el mundo de la publicidad
y la política clandestina... el cine y los aspectos familiares de una
década que si bien divertida, fue el momento perfecto para romper esquemas y
buscar nuevas vivencias: Una divertida tragicomedia y una narradora
experimentada que nos permite adentrarnos en esta aventura y cuidar, por
supuesto, la fama y la belleza de la bomba de San José.
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