En esta novel breve, llena de personajes que van dejando la niñez para entrar a la adolescencia, la autora nos presenta una contemporaneidad diferente, tan real que quisiéramos fuese ficción.
Un grupo de niños de una población en Europa deciden dar una lección a los adultos ¿Qué es lo “importante” en nuestras vidas diarias? ¿qué es lo “valioso”? “Nada importa. / Hace mucho que lo sé. / Así que no merece la pena hacer nada. / Eso acabo de descubrirlo.” (5) Así arranca esta poderosa novela.
Entre este grupo
de compañeros de escuela -que podemos reconocer como amigos- comienzan a
definir qué es lo valioso para cada uno: una carta, una bicicleta, un objeto familiar,
el pasado. Pero en esta desgarradora revisión de Nada (2011, Seix Barral) de Janne
Teller, cada uno de los personajes va a revelar aquello que considera
importante.
Desprovisto de descripciones,
con el poderío de sus diálogos, un ritmo propio de una novela de descubrimiento,
van haciendo una revisión casi violenta de aquello que da valor. Desde lo
inocente hasta aquello que no podría ser sencillo. Cada quién asignará al
siguiente lo que considera relevante de conseguir. Un libro, un objeto, aquello
que se adora y es “difícil de prestar” será señalado para acumularlo en un
lugar secreto, una pila cuyo significado no es la acumulación sino la
demostración del afecto, del reto que representa aquello que se valora con alta
estima.
Haciendo una
semejanza con el Señor de las Moscas, encuentran un lugar abandonado donde van
acumulando estos objetos de valor sentimental, dado que su valor económico es prácticamente
escaso o carente totalmente.
Así, Nada va
desgarrando lo cotidiano, desprovista de humanidad. Lo físico, lo económico, se
convierten en algo secundario, frente a lo que cada quién valor. La pregunta
entonces se modifica ¿qué es lo valioso y se está dispuesto a entregar para
continuar perteneciendo a un grupo social y mantener esa aceptación que en
todas las edades se vuelve esencial?
La novela va
abriendo los secretos familiares, de tal manera que los jóvenes en su afán de demostrar
su valor y pertenencia viven un proceso de deshumanización propio de la
sociedad actual.
El propio cuerpo,
el objeto familiar más valioso, aquello más deseado en el mundo, todo
representa la falta de esperanza en el futuro de la niñez o de la juventud. Alegoría
de nuestra sociedad que desgarra la narrativa para enfrentarnos a una sociedad
que parece valorar nada.
De la danesa Janne Taller,
también hemos comentado el texto breve, sumamente interesante, Guerra (http://literaturaexperienciaviva.blogspot.com/2017/07/guerra-le-puede-pasar-cualquiera.html)
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