Juan Carlos Onetti fue autor uruguayo, de las voces más
sobresalientes del Boom Latinoamericano, novelista, cuentista y ensayista, que
vivió en el exilio, regresó a casa y se convirtió en una de las voces más
originales del hemisferio.
Reconocido por la crítica, tal vez poco leído por las masas,
presenta una visión realista de la sociedad humana, tal vez, pesimista, sin un
dejo de esperanza.Un maestro para algunos autores del Boom, incluyendo a Vargas Llosa, lo cierto es que pocas veces fue reconocido en vida.
Confieso que tarde mucho tiempo en leer la colección Cuentos
Completos (1933-1993), editada por Alfaguara en 2009.
La antología incluye 54 cuentos, 4 de ellos inéditos o
inacabados, publicados antes en otras colecciones, revistas o libros del
género.
Las narraciones van desde amores perdidos, historias comunes en diversos
rincones del mundo, historias de pasión y en cierta forma, de la búsqueda de lo
insospechado.
Su visión a veces fría y cargada de una realidad aplastante,
se puede resumir en una frase ce “Presencia”: El hombre no es pe pequeño, sino
que fue empequeñecido por la vida”. (413)
Algunas de sus historias son tan largas como una novela
corta, y otras tan breves que no pasan las dos páginas. Se podría decir que
dominan las primeras, cargas de descripciones, diálogos, recursos literarios
diversos.
Destacan a mi gusto: El fin trágico de Alfredo Plumet (1939)
narrada desde diversas perspectivas; Crimen perfecto (1940) que marca,
precisamente, el ejemplo de un asesinato; Un sueño realizado (1941) que no
enfrenta a la muerte; Esbjerg (1946) que nos habla de lo cotidiano; Historia
del caballero de la rosa y de la virgen encinta que vino de Liliput (1956) que
es otra historia de lo cotidiano; Jacob y el otro (1961) que narra en diversos
capítulos una excelente aventura de un campeón venido a menos y sus retadores
que se enfrentarán por dinero.
De la última época, con la maestría del cuento conto, El
perro tendrá su día (1976); Jabón (1979); Ella, que nos enfrenta a lo
indefinido del género; Las tres de la mañana, una locura alcanzable; El
impostor, sobre la dualidad del amor.
Aquí no encontramos largas metáforas del exilio, ni reflexiones
de la dictadura aplastaste. Encontramos voces de personas comunes que, a través
de diversas épocas, buscan darle sentido a su vida. También presenta Santa María, un pueblo ficcional donde sitúa diversas historias, y que será presendente para diversos autores latinoamericanos,
En diversos momentos, la desesperanza de la muerte nos
domina. “Palabras muertas de tan viejas, de vuelo lento y corto. Ya nada más
que palabras, la nada”. (466) Pero Onetti también invita a la vida, a mirar
nuestros momentos pequeños y hacerlos grandes ante la esperanza de la vida.
Lo recomiendo para conocer más del Boom, ver de otra forma la literatura latinoamericna y, poco a poco, mirar con un poco más de realismo nuestra propia historia.